Estos dos ciudadanos estan muy preocupados por la tibieza de Rodríguez Zapatero
Recientemente se ha conocido la noticia de que el Estado Vaticano ha denunciado los acuerdos del Pacto de Letrán, suscrito en 1929 con el Reino de Italia, gobernado en aquel tiempo por Benito Mussolini.
Este acuerdo convenía la aplicación en territorio vaticano de las leyes propias del estado italiano, las cuales no eran hasta ahora motivo de fricción o desacuerdo.
Parece ser que la reciente sentencia judicial en la que se autorizaba a retirar la alimentación a una enferma que llevaba bastantes años en coma ha destapado la caja de los truenos en el Estado de las mitras, los hisopos y el oscurantismo.
La noticia no ha gustado nada al gobierno del cavagliere Berlusconi, al que este acto unilateral y sin precedentes ha cogido por sorpresa.
Por boca del ministro del ramo, se ha comentado que esperan que el Vaticano recapacite y se replantee su decisión.
El Vaticano, ante la inminencia de la aplicación obligatoria de sus directivas sobre la homofóbia y los matrimonios entre personas del mismo sexo, ha decidido blindarse rompiendo con las leyes de un estado aconfesional que hasta ahora le eran útiles para el normal funcionamiento diario, aún teniendo ese estado, un trato más que amable y pacífico en la interpretación de los acuerdos entre ambos, que por otra parte son mucho menos “generosos” que los que mantiene actualmente con el Estado español.
Ya va siendo hora de que el gobierno de España denuncie el actual concordato con la Santa Sede y cumpla con lo que le obliga la Constitución que es el único marco legal al que debemos respeto y acatamiento.
No podemos estar siempre pendientes de la Conferencia Episcopal, este órgano de la Iglesia al que nadie ha elegido, no puede marcar la agenda de un país aconfesional como el nuestro y si intenta subvertir el orden democrático, hay que actuar en consecuencia con todo el peso de la ley.
Son demasiadas las ingerencias y actos de deslealtad por parte de los Rouco, Cañizares y compañía, sin dejar de lado los insultos y calumnias que se vierten y propagan desde las emisoras de radio propiedad de la Iglesia.
El gobierno de España debe acabar con esta situación con la ley en la mano, dándoles a esa gente donde más les duele, es decir en el bolsillo y las prebendas de las que vienen disfrutando desde tiempo inmemorial como la exención de impuestos.
No se puede confundir el deseo de contemporizar con la confesión religiosa con más arraigo en España con la claudicación o la debilidad, pues esas actitudes, acaban pasando factura.
2 comentarios:
Totalmnte de acuerdo.
Gracias Puntiyo, me alegro de que coincidamos.
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