En la situación económica actual en que hay tanta gente
desempleada y que lo pasa muy mal, hay una casta dirigente que aprovecha para
intentar colarnos unos cuantos goles. Sirva la metáfora futbolística para
esbozar una situación de claro abuso en la que se juega con la necesidad y las
esperanzas de no pocos.
Quiero referirme al escribir esto al proyecto Euro-Vegas
que se nos pinta como una gallina de huevos de oro que sin duda nos quitará el
hambre de encima y nos devolverá a la senda del bienestar celestial.
Tanto Madrid como Barcelona pugnan por delante y por
detrás para hacerse con este proyecto, envían mensajitos al magnate americano
–de cuyo nombre no me acuerdo y tampoco quiero acordarme-- promotor de este
invento y le juran amor eterno y cambios legislativos a porrillo: “De la
desregulación al cielo” dice Esperanza Aguirre y en Catalunya el gobierno de la
derecha catalana que gobierna para los
catalanes de pata negra, prepara una ley de las de verdad como las que solo
ellos saben hacer, que va a encantar al amigo americano no pudiendo negarse a
decantarse por Barcelona para construir ese parque temático del juego y el
jolgorio continuo.
¿Qué diferencia a Esperanza Aguirre y sus boys de Artur
Mas y sus amiguetes? Poquita cosa, ambos grupos persiguen lo mismo y no reparan
en medios y estratagemas para conseguirlo, mintiendo lo que haga falta y
engañando lo que convenga sin el más mínimo atisbo de sonrojo. Cuando convenga
ambos agitarán sus respectivas banderitas y avivarán el fuego del enfrentamiento,
lanzándose las culpas que convengan para no asumir sus propios errores.
No se puede engañar a tantos durante tanto tiempo sin que
salga contestación al discurso truculento de esa gentuza, no se puede vender un
proyecto de parque temático de la ludopatía, el putiferio y la mafia como el
maná que nos quitará el hambre y la roña de encima. Si alguien quiere ser
engañado, adelante, que lo crea y espere sentado.
Me disgusta profundamente que ver a nuestros
representantes rindiendo pleitesía a ese magnate americano que según dicen es
un pájaro de mucho cuidado, vinculado con la mafia y el sobornos a partidos
políticos en forma de pago de costes de campañas (ojo al dato), pero cuando lo
pienso y razono un poco llego a la conclusión de que este entendimiento es
normal: nuestros representantes políticos y ese magnate son la misma mierda.
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