lunes, 26 de febrero de 2007

ESPAÑA, DESEADO DESTINO DE TRABAJADORES EUROPEOS





No hace muchos días, escuché un debate radiofónico en que se decía que España es el destino preferido de muchos europeos para trabajar. No me parece mal la elección dadas las características que tiene este país. Me refiero al clima, el cachondeo, la gastronomía, el tipo de relaciones que se establecen etc.
Lo que no queda claro, es si los sueldos que padecemos son también objeto de deseo por parte de estas personas. Sea como sea, esto debe ser fruto de una encuesta que habría que conocer en todos sus extremos, ya que no cuadra mucho, ni tampoco es creíble que un aspecto tan importante como el de los emolumentos, se soslaye de una forma tan evidente.
No habla la encuesta de la elevada tasa de precariedad laboral, del índice de siniestralidad, del mileurismo como fenómeno que no afecta únicamente a los jóvenes recién salidos de las universidades, calando cada vez más en otros sectores productivos.
No saben estos trabajadores europeos, que España nunca había tenido una juventud tan preparada tanto técnica como científicamente y que su entrada en el mundo laboral, supone el inicio de otra carrera: la precariedad, la explotación, la ausencia de derechos en definitiva.
Desconocen esos europeos ávidos de sangría, sol y cachondeo que el acceso a una vivienda digna, supone hipotecarse para el resto de sus días y que este hecho no es coyuntural sino que tiende a cronificarse.
En Europa no han oído hablar de las pensiones de 540 euros, y de que a esta exigua paga no se le puede sumar otra como en el caso de las viudas.
Se ignora en Europa, que mientras las clases medias españolas se empobrecen y la tasa de exclusión social aumenta, los apóstoles del turbocapitalismo predican la moderación salarial, el abaratamiento del despido y la vivienda de alquiler, ellos disfrutan de rentas de escándalo.
Ya sabemos que en Europa no atan a los perros con longanizas y que apóstoles del turbocapitalismo que pretenden que hagamos lo que ellos no practican, también los hay.
Este enfervorizado deseo de huir de los fríos inviernos europeos en busca del cálido sol de España no debe nublar la vista, haciendo ver lo que no es. Unas cortas vacaciones en cualquier costa española son un paréntesis y solo eso.

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