El infatigable Conseller Joan Saura vuelve una vez más a la carga. Esta vez el ínclito Saura ha desenterrado el proyecto que en su día ya intentó hacer prosperar CiU y que trataba de modificar las placas de las matrículas de los automóviles. Según la antigua propuesta se trataría de identificar la comunidad autónoma a que pertenece el vehículo.
Da la impresión de que el Conseller Saura se aburre, que no sabe que hacer con su cuerpo serrano y que cuando sale más o menos bien parado de un lío en el que él solo se mete, se busca otro de más envergadura. Decididamente a este hombre le va la marcha o es masoquista.
A todo lo dicho hay que añadir la poca oportunidad de la propuesta que una vez más aflora de forma tan inoportuna como sospechosamente provocativa.
No vale decir que en Alemania y otros países adoptaron en su momento este sistema identificativos para las matrículas. En todo caso estaríamos hablando de estados consolidadamente federales y que en su momento adoptaron esta medida. España en la práctica es un país federal aunque no se llame así, el grado de competencias que acumulan las diferentes comunidades nos hace parecer más a un estado federal que a un estado unitario con un poder centralizado.
Saura ha adoptado un papel más propio de ERC o CiU al plantear este tema que tiene un marcado carácter identitario aunque el propio Saura no quiera admitirlo.
Este asunto no está en el abultado fajo de preocupaciones de los ciudadanos en este momento y no hace más que poner de nuevo a Catalunya en el ojo del huracán y en el punto de mira de las críticas de la caverna político-mediática.
El President Montilla haría bien en llamar a capítulo al díscolo Saura, que tiene el don de la inoportunidad y una cabeza llena de ideas no precisamente buenas.Mejor sería que Saura se dedicara a poner orden en los Mossos d’Esquadra, a gobernar lo que debe gobernar con seriedad y buen criterio, evitando espectáculos bochornosos como los protagonizados en los últimos tiempos a raíz de las cargas de los antidisturbios, en los que acabó culpando a la prensa de la mala imagen dada por las fuerzas que él dirige.
En la actual coyuntura este gobierno debe dar más que nunca una imagen de sensatez y seriedad y preocuparse de los temas que afectan a los ciudadanos que están padeciendo las consecuencias de una de las peores crisis económicas que se conocen.
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