Cada día que pasa el tema de los recortes en la Sanidad
va tomando un cariz más preocupante por la atomización de las acciones de
protesta que costando un enorme sacrificio para muchos compañeros acaba por no
tener utilidad, con el coste añadido del desgaste moral y físico. No es menos
cierto que estos conflictos sociales con multitud de facetas y complejidades
por lo heterogéneo del componente humano, pueden llegar a enquistarse y acabar
desvaneciéndose, cosechando una sonora derrota que paraliza durante un largo
periodo al conjunto de los trabajadores.
Los recortes en la paga extra de navidad y el resto de
medidas que acompañan a este gravoso descuento son un abuso que si bien es inaceptable para todos, es
insostenible para los trabajadores con retribuciones más bajas que son el grupo
más numeroso.
Quizá el conjunto de la ciudadanía no se haya dado cuenta
de que nada volverá a ser como antes, que lo que se recorte ya no se volverá a
restituir, que hemos entrado en un túnel del que saldremos más pobres en
derechos y prestaciones de lo que hemos entrado. Los usuarios en su conjunto
permanecen mudos en este conflicto y son subsidiariamente una parte del
problema. Me viene a la memoria las contundentes acciones que llevaron a cabo
las AA.VV de Badalona cuando se acordó que el parking del hospital sería de pago
con tarifa reducida. Ni qué decir tiene que lograron lo que se habían
propuesto.
Me pregunto qué es lo que piensa el usuario de toda esta
situación. Hasta el momento estos no han hecho oír su voz a través de ningún
foro o medio de comunicación. Da la impresión que si se tratara de pensiones de
invalidez u otros subsidios tendríamos a las asociaciones de vecinos,
asociaciones de usuarios de la sanidad etc. poniendo el grito en el cielo.
Formalmente ningún derecho asistencial les ha sido retirado del catálogo de
prestaciones, digo formalmente ya que en la práctica el solo hecho de aumentar
las listas de espera ya constituye la conculcación de un derecho.
Por todo lo dicho infiero que éste conflicto se percibe
desde fuera como un conflicto entre trabajadores y patronal. Nada más lejos de
la realidad, éste es un grave conflicto de profundo calado ya que lo que está
en juego además de los recortes económicos es uno de los puntales del Estado
del bienestar. Que no se tengan en cuenta los gravísimos efectos
colaterales que le acompañan y que se
harán notar más temprano que tarde, me parece una grave irresponsabilidad.
Cuando la mayoría de los ciudadanos se percaten de lo que han perdido y quieran
reaccionar, quizá lo hagan donde no toca y sobre quienes no tienen culpa.
Acostumbrados estamos a ver como el usuario externaliza su frustración sobre el
empleado de más bajo nivel.
Las soluciones de fuerza que se están proponiendo creo
que no son efectivas y pensar en una huelga me produce algo más que estupor. La
huelga actualmente es un favor al negociado del Conseller Mas Colell y un
discretísimo granito en la Peterpanesca napia de Boi Ruiz.
La exacerbación del celo, el trabajo lento, la
obstaculización de los propósitos de la Dirección en lo referente a realizar
trabajo no retribuido y una larga lista de acciones como podría ser una
asamblea permanente con ocupación del salón de actos y dar cumplida información
a los usuarios, podrían ser unas acciones bastante eficaces.
La huelga hoy, de la forma en que se aplican los
servicios mínimos en los hospitales y centros de salud, es una inyección de
dinero en las arcas del ICS y un descuento en las ya maltrechas nóminas de los
trabajadores.
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