domingo, 11 de enero de 2009

ISRAELÍES Y PALESTINOS, UNA REALIDAD FRONTERIZA

¡Qué bonita foto!¡ eleeee.....!!!

Estos últimos días asistimos casi en directo a la masacre de la Franja de Gaza. Con más crudeza y cinismo del que es habitual en aquel eterno conflicto, vemos como se despliega paso a paso siguiendo el protocolo táctico militar la toma casa por casa de aquella zona geográfica maldita por todos los dioses.

Por tierra, mar y aire el ejército israelí castiga día tras día a una población víctima de sí misma y de sus líderes a los que parecen idolatrar.

Hamás, que está empeñada en la destrucción total y definitiva de Israel, tiene un profundo arraigo en la sociedad civil palestina post Arafat, aunque los actuales líderes no tienen ni por asomo la capacidad ni el carisma del viejo dirigente de la OLP.

Hamás, si así se puede decir, es un entramado fanático religioso antes que una organización política a la vanguardia del pueblo palestino que le apoya sin remedio, quizá porque es rehén de si mismo.

Estamos frente a una escalada de la violencia en aquella zona de consecuencias imprevisibles, en la que los que se llevan la peor parte, son los más débiles. Esta escalada pretende ser una “justa” respuesta defensiva al lanzamiento de cohetes por parte de Hamás contra el territorio israelí.

La cobarde y cínica actitud europea, que una vez más ha sido incapaz de hablar con una sola voz ante un conflicto, permite más libertad de movimientos a los dirigentes israelíes en el sangriento avance de sus carros de combate y en lo que será más tarde la toma casa por casa del poblado de Gaza, sin escatimar medios humanos ni materiales en la labor de limpiar de guerrilleros de hamas aquella zona.

Con la presidencia europea en manos de los euro escépticos checos, pocas iniciativas se puede esperar en favor de un alto el fuego, lo que dará cancha a que cada líder europeo arrime el ascua a su sardina e intente monopolizar con sus declaraciones (siempre ambiguas) minutos de aparición en las pantallas de televisión.

Si la actitud europea es mezquina, no lo es menos la de Obama, que se despacha diciendo que es el actual presidente Bush el que tiene que hablar y actuar, y que no es bueno, que es estos asuntos haya más de una voz. Sorprenden estas declaraciones cuando hace poco, y ante la catastrófica situación de la economía americana, el electo presidente Obama, no escatimó declaraciones ni recetas para tan grave situación.

Mucho ha tardado la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU pidiendo el cese inmediato del avance israelí en la Franja de Gaza. Lo que haga o diga este organismo poca o nula repercusión puede tener si no hay una clara y resuelta implicación de los países con derecho a veto.

Es posible que los israelíes hayan escogido estas fechas previas a la toma de posesión de Obama para añadir leña al fuego (previo despacho con los halcones de la actual administración), para escribirle las primeras páginas de la agenda al flamante presidente Obama y así condicionar sus primeras decisiones en política internacional, todo ello sin entrar en los temas electorales israelíes.

Quizá haya quienes piensen que los israelíes actúan ahora porque con Obama en el poder, les puede resultar más difícil debido a que no piensa mantener la misma actitud que sus predecesores frente al conflicto palestino-israelí. Personalmente me inclino por la primera hipótesis por una mera cuestión de relación causa-efecto y por el poco despreciable peso específico del lobby judío en Estados Unidos y el no menos importante complejo militar e industrial que aunque no goce de excesivas simpatías, está intacto y tiene su peso.

No me gustan los palestinos ni tampoco los israelitas. No me gusta ver a niños que deberían estar en la escuela, fotografiados junto a su padre con un arma en la mano y un cinturón de granadas. Se me dirá que no está en la escuela porque la han bombardeado los aviones israelíes, bien, aunque esto sea verdad no justifica lo primero. Tampoco me gusta que haya jóvenes que se inmolen cargados de bombas al grito de “Alá es grande”. Esto dice bien poco a favor de esa religión, y lo digo desde el respeto a las creencias.Tampoco me gusta que la mujer en la cultura árabe se le considere un ser de inferior categoría y esté supeditada totalmente al varón.

Los judíos israelitas tampoco me gustan. Aunque en aquella sociedad el laicismo es más posible que en la palestina, el peso de la religión en las decisiones políticas es importante, aunque sólo sea el relleno que da consistencia al entramando de poder y dominio que se persigue.

El empeño de los israelíes en humillar al pueblo palestino puede acabar a la larga pasándole factura en su propia casa, al igual que esa precipitación de las autoridades israelíes en poner en marcha esta operación militar que tiene un alto componente electoral. Posiblemente no valora el ejecutivo israelí que en estas operaciones en que los soldados se batirán cuerpo a cuerpo en un territorio hostil, puede ocasionar muchísimas más bajas que otro tipo de operación de castigo en la que la fuerza y la potencia de fuego, se ejerce a distancia.

La operación contra Gaza contenta a una parte de la opinión pública israelí y por consiguiente mejora las previsiones electorales de las encuestas, pero tendrán que calcular el desgaste que produce el retorno a casa de los soldados en bolsas de plástico. De los muertos palestinos, no hablo, (permítaseme este pequeño ejercicio de cinismo) pues al parecer sólo importan a unos pocos ciudadanos que han salido a manifestarse.

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