martes, 24 de junio de 2008

LA NUEVA ETAPA DEL PP



Este fin de semana se ha clausurado el XVI congreso del Partido Popular con la impresión según algunos de que todo va ha ir como una seda a partir de ahora.


Se ha remozado el discurso, se han apartado de la primera fila las peores caras del aznarismo y con unas nuevas-viejas caras se ha constituido una nueva ejecutiva que pretende llevar a ese partido al final de trayecto del ese largo viaje hacia el centro y sin duda a ganar las próximas elecciones generales, removiendo del poder a esa, para ellos anomalía, que responde al nombre de Rodríguez Zapatero.


Estoy convencido de que los más sensatos han reaccionado a tiempo y han abortado la escabechina que se veía venir y que se inició al día siguiente de las elecciones del 14 de marzo.


Desde el día siguiente de las elecciones generales se inició una razzia dentro del PP que parecía que iba a acabar con la carrera de Mariano Rajoy. Eran muchos los que le tenían ganas y quién más, Esperanza Aguirre, que en su pugna con Gallardón ya dio bastante que hablar a la hora de confeccionar las listas electorales de Madrid.


Que nadie se llame a engaño, a Rajoy le ha salido un grano que tiene nombre de mujer, una mujer que juega a ser la dama de hierro de la derecha española y que no cejará en su empeño por defenestrar a Rajoy e imponer las tesis más duras de esa derecha española tan rancia y casposa a la que votan millones de ciudadanos, esto no hay que olvidarlo ni menospreciarlo.


Lo que en todo caso, hay que intentar comprender es porque son tantos los ciudadanos que apoyan al PP.


No es de extrañar que ante el lifting que ha querido hacer Rajoy, Aznar reaccionara de la forma en que lo hizo, manifestando en su discurso en el plenario del congreso, la rabia del que no controla la situación, una situación que se le va de las manos y que hará todo lo posible por reconducir entre bambalinas.


Lo que si está claro, es que Rajoy se ha rodeado de caras nuevas, que no se identifican con el periodo del trío de la Azores y que sin duda está pensado en clave de ganar las próximas elecciones, efectuando mientras, una oposición al gobierno contundente y de desgaste progresivo.


A los poderes económicos de este país no les conviene una derecha de espada e incensario, o por lo menos que no dé esta imagen. Estos poderes saben que se desenvuelven mejor con un gobierno de derechas, que sus intereses y recomendaciones, encuentran mucha mejor acogida cuando detrás de la mesa ministerial se sienta un hombre de la derecha. Las políticas de moderación salarial, de abaratamiento del despido y la flexibilidad son muy bien acogidas en aras de la competitividad.


Con la nueva directiva europea sobre las 60 horas, a esta derecha se le hace la boca agua, y no dudemos que si gobiernan, esta directiva se aplicará en España.
Mientras, ¿qué hace el gobierno dirigido por Rodríguez Zapatero?


Sinceramente creo que no está a la altura, que ha reaccionado tarde y con poca credibilidad en su discurso y un empeño enfermizo en no querer llamar a las cosas por su nombre.


Si estamos en recesión y el paro aumenta, con expectativas de crecimiento a la baja, esto es una crisis y no vale escudarse diciendo que como continuamos creciendo, aunque menos, no hay crisis ¿quién se cree esta patraña? Para el conjunto de los asalariados, los mileuristas, los jóvenes que buscan su primer empleo y los inmigrantes, estamos en crisis y no vale sacarse conejos de la chistera y jugar con las cifras para hacer creer lo contrario.


Rodríguez Zapatero tendrá que hacer algo más que repartir cheques al por mayor, esas dádivas vergonzantes que no resuelven nada y consolidan unos derechos y compromisos difíciles hacer frente en tiempos de crisis.


La alegría con que desde el gobierno se decía que nuestra economía crecía por encima del resto de las europeas, era pura filfa, aunque creciera, era sobre un sector tan frágil como la construcción y era previsible que la cosa no duraría mucho tiempo al mismo ritmo.


El gobierno está metido en un buen lío del que da la impresión de que no sabe como salir. Se han perdido cuatro años que se debían haber empleado en sanear y poner orden en nuestra industria, que ante el cambio de paradigma productivo está desnortada, falta de proyectos competitivos, que propicien la producción de bienes con valor añadido, aprovechando en muchos casos los sectores productivos actuales, operando en ellos las reformas necesarias.

viernes, 20 de junio de 2008

EL CASTELL DE MONTJUÏC


El pasado fin de semana se ha celebrado en el castillo de Montjuïc una fiesta popular con fideuá incluida para unos cuantos miles de personas. Esta fiesta “popular” la organizó el Ayuntamiento de Barcelona para celebrar la devolución a la ciudad de este controvertido recinto.

Se le han atribuido demasiadas simbologías a este castillo que además de ser, según los expertos, una gran obra por sus cualidades arquitectónicas y estilo singulares.

Muchas veces intencionadamente o por desconocimiento voluntario de la historia, se dicen muchas barbaridades o se toma una parte de la historia como un todo.

He leído en un periódico un artículo del prestigioso historiador Gabriel Cardona que trata de lo que estoy intentando escribir. Cardona hace una reseña histórica del castillo de Montjuïc situando las cosas en su sitio.

El castillo de Montjuïc no fue construido por los borbones para asediar y bombardear Barcelona. Cuando nació Felipe V el castillo ya existía pues durante la Guerra dels Segadors, se utilizó para defender la ciudad de las tropas del marqués de Los Vélez. El castillo durante la guerra de Sucesión tenía guarnición austracista.

Señala también el historiador Cardona que la forma y estructura actual del castillo de Montjuïc se debe a la ampliación efectuada en 1751, cuando Felipe V ya llevaba muerto unos años. La obra se realizó bajo los reinados de Fernando VI y Carlos III.

Mucho se ha hablado de los bombardeos de Barcelona desde el castillo, como acto represivo fruto del odio hacia Cataluña.

Baldomero Espartero, general progresista, ordenó el bombardeo de la ciudad para vencer la rebeldía de quienes defendían posturas más radicales que las propias y lo habían aupado al poder. (2 de diciembre del 1842).

El general Prim que a su vez era diputado progresista por Barcelona, fue bastante más violento en su afán represor; el 7 de setiembre de 1843 el bombardeo ordenado por él, causó daños en 460 edificios de Barcelona, aplacando así las ansias levantiscas de los que querían ir un poco más lejos en su progresismo.

Al castillo de Montjuïc desde determinados sectores faltos de emociones fuertes, se le quiere otorgar un simbolismo que no tiene. Se pretende levantar el estandarte de Montjuïc como símbolo de la represión franquista y de la dominación secular española sobre Cataluña. Hay que reconocer que la situación geográfica del castillo favorece la credibilidad de estos delirios.

Durante la República, según el artículo de Cardona, se fusilaron a 37 militares y 21 civiles y el recinto fue utilizado como prisión.

Al finalizar la guerra civil en 1939, allí mismo se fusiló al general Escobar y unos cuantos oficiales de la Guardia Civil. El fusilamiento en uno de los fosos del President Companys sin duda, pone de relieve el afán vengativo de Franco, que eligió el castillo de Montjuïc por su situación, que permite ser divisado desde cualquier punto de Barcelona.

El franquismo hubiera podido fusilar a Companys en otro lugar de Barcelona, pero el impacto no habría sido el mismo.

La memoria popular recuerda muy claramente que el grueso de los fusilamientos tuvo lugar en el fatídico Campo de la Bota y que el principal centro de reclusión era la cárcel Modelo, siendo de menor entidad en cuanto a número de presos el Palacio de las Misiones, habilitado para tal fin. Los presos del castillo siempre fueron muy inferiores al de los demás centros de reclusión citados.

La reivindicación de la llamada Memoria Histórica debería servir para situar a cada uno en su sitio, a no alterar ni poner más énfasis en determinados hechos derivados de la Guerra Civil, no hacerlo así, se desvirtúa la reivindicación legítima de la ciudadanía. Otorgar desde posiciones nacionalistas una importancia que el castillo de Montjuïc no tiene, es , además de faltar a la verdad histórica una manipulación vergonzante que algún día acabará por pasar factura.

lunes, 9 de junio de 2008

ANTE UNA NUEVA DIRECTIVA EUROPEA.....



Este lunes el Consejo de Ministros europeo va a aprobar con toda seguridad una directiva que supone un aumento importante de la jornada laboral. Se pretende que con esta nueva directiva se puedan trabajar hasta 65 horas a la semana. La directiva contiene además otros aspectos muy regresivos para los asalariados, los profesionales médicos y los empleados por las ETT´s, que verán recortados sus derechos hasta pasados cuatro meses de contratación. En el caso de los médicos se pretende que no sean computados como tiempo trabajado el tiempo de descanso en las guardias.

Ya desde 2005 se viene discutiendo esta directiva que parece la única razón de existir de muchos gobiernos. Hasta ahora con la correlación de fuerzas existente en el Consejo no ha sido posible, sin embargo con la llegada de Silvio Berlusconi a la presidencia del Gobierno italiano, se crea una situación nueva que favorece la aprobación de esta ley y otras que en el futuro se puedan proponer con el mismo código genético conservador y antisocial.

Esta directiva comparte el mismo ADN con otras directivas como es el caso de la Wolkenstein.

Malos tiempos corren para los avances sociales. Si bien es cierto que hay países como es el caso de España que ya ha manifestado su desacuerdo con esta directiva, queda abierta la puerta para que un nuevo gobierno de cariz conservador pueda aplicar en un futuro esta nueva norma, reformando las leyes españolas para adecuarlas a la normativa europea.

Tampoco es descartable en tiempo de crisis que un gobierno de los llamados progresistas eche mano de una directiva como esta para contentar a los empresarios.

Los países que no apliquen esta directiva quedan en franca desventaja con respecto a los otros, originando una situación delicada ya que las patronales se cogerán a la directiva europea como a un clavo ardiendo.

Para algunos gobiernos es difícil establecer una relación directa entre la productividad y los tiempos de trabajo. Desde mi punto de vista, trabajar más horas no significa necesariamente producir más.

Las jornadas laborales hipertrofiadas conducen a un ritmo productivo desigual, a más accidentes y a un efecto indeseado: el trabajo simulado.

Ante esta situación creada por la inminente aprobación de esta directiva, se hace más evidente la necesidad de un sindicato europeo que sea capaz de coordinar las medidas de presión suficientes para hacer frente a esta situación que supone un retroceso importante en los logros sociales conseguidos hasta ahora.

No es ninguna broma. Mientras nos pueden caer directivas europeas que recorten derechos, fruto del acuerdo de los gobiernos europeos, los sindicatos de cada país miembro actúa solamente en clave interna de cada país.

Se hace cada día más necesario la reforma y adecuación de los órganos sindicales europeos a las necesidades reales de este momento, capaces de plantear alternativas y negociar sobre la base de los intereses comunes de los asalariados.

Así mismo, la izquierda europea debería ser capaz de saber lo que quiere ser de mayor, quitarse las legañas y ponerse a trabajar para articular un programa con nuevas ideas, fruto de la reflexión y el análisis del momento en que vivimos, que dé respuestas a los principales problemas: el mundo globalizado y el cambio climático.

miércoles, 4 de junio de 2008

ES AMARGA LA VERDAD


Decía Quevedo: “pues amarga la verdad quiero echarla de la boca y si al alma su hiel toca esconderla es necedad.........”

Vemos con estupor que no se escuchan las enseñanzas de nuestros clásicos que con acierto supieron plasmar sobre el papel conceptos moralizantes que muy a pesar del tiempo transcurrido tienen plena vigencia.

Todo lo que afecta a los ciudadanos y a su relación con la clase política que les representa debería estar revestido de una gruesa pátina de verdad, de esa verdad que da al ciudadano un sentido de corresponsabilización con los asuntos que condicionan y afectan a su vida, como parte integrante de una sociedad democrática madura y avanzada.

Estamos asistiendo a demasiados espectáculos penosos de falta de respeto a la inteligencia de las personas. No se puede estar constantemente ninguneando a los ciudadanos y después quejarse del distanciamiento entre la política y la ciudadanía. No se puede ser simpático y buscar la proximidad cuando se pide el voto.

Hay que buscar la empatía y la proximidad siempre, pues lo contrario, es decir, lo que se está haciendo actualmente crea desconfianza, desafección y hastío.

Vemos en la prensa un capítulo más del culebrón que comenzó con el tema de la sequía en Cataluña. Mientras el Conseller Baltasar anuncia que el decreto de sequía se deroga y que no tienen justificación las obras que mediante la construcción de una tubería deberían transportar agua al área de Barcelona, leemos en la presa que el President de la Generalitat aboga por el mantenimiento del proyecto que en un futuro debería servir como conducción de aguas en el caso de que se produjera un episodio similar de seria amenaza de falta de suministro.

No andamos precisamente sobrados de infraestructuras en Cataluña, y por una vez que el Estado decide invertir en Cataluña para solucionar un problema real, no debemos desaprovechar la oportunidad de dotarnos de una herramienta que sin duda será de utilidad. En cualquier caso, habrá que estudiar cuál es el mejor trazado y efectuar las modificaciones necesarias para sacar el mayor provecho a esta obra.

Del Conseller Baltasar no quiero decir nada, pues resultaría ocioso comentar sus actuaciones al frente de su departamento.

No puedo omitir comentarios la actuación del Gobierno Central sobre la forma en que emiten los mensajes sobre lo que no sabemos si es una crisis económica, una recesión o las siete plagas.

Durante los últimos años se ha dicho desde el Gobierno que nuestra economía no paraba de crecer, que íbamos por delante de Europa en ritmo de crecimiento. No se ha dicho sin embargo que este crecimiento se sustentaba casi únicamente en el auge del sector inmobiliario y el crecimiento del consumo interno.

Ahora que no se venden coches, la morosidad aumenta exponencialmente, el consumo interno se retrae y el paro aumenta situándose en niveles de hace diez años, continúan disfrazando la realidad y ocultando lo que todo ciudadano percibe.

No entiendo el motivo de este empeño por cambiar el nombre a las cosas, por minimizar los impactos negativos con palabras vacuas y circunloquios que no hacen más que enervar al personal.

¿No sería mejor decir?: La mejora de nuestra economía está en el mercado externo y para llegar a él, hay que mejorar las tasas de productividad, fabricar productos y materiales con alto valor añadido y para esto, hay que iniciar una profunda reforma de las estructuras productivas, con formación, capacitación y reconversión.

Releyendo a Quevedo me reafirmo en que decir la verdad es altamente productivo y rentable, diciendo la verdad o reconociendo nuestros errores ganamos la confianza y el reconocimiento de quienes nos rodean y si trasladamos esto al terreno de las cosas públicas más todavía por dos motivos: primero, por que el hecho en si mismo ya ennoblece a quién lo protagoniza y en segundo lugar por el reiterado déficit de verdad al que estamos acostumbrados.