martes, 26 de febrero de 2008

DEBATE DE MENTIRIJILLA


Dos buenos periodistas que se prestan a un combate amañado


Ayer tuvo lugar el tan esperado debate o cara a cara entre los candidatos a presidir el Gobierno de España.

Sin pretender entrar a valorar quién ganó o se impuso a quién, creo que si es necesario abordar el formato y los contenidos de este debate, que se ha querido vender a la ciudadanía como un logro o recuperación de un hábito democrático que se había dejado aparcado.

Al espectáculo que vieron ayer aproximadamente unos trece millones de personas, no se le debería llamar debate.

Cuando todo está pactado y pasteleado, cuando se quiere medir y controlar cada gesto, dándole importancia a todo menos a los contenidos reales que debería ofrecer una confrontación de esta naturaleza.

Lo que presenciamos fue cualquier cosa menos lo que se pretendía y el ciudadano vio una versión comprimida de lo que ha sido esta legislatura que finaliza, fue un “dejà vu”.

El papel del periodista queda relegado a un mero presentador que sólo modera los tiempos y da las buenas noches. Para esto podrían poner conduciendo el debate a una bella señorita, rubia, con un vestido ajustando y marcando canalillo.

El papel de un periodista es sacar de cada contendiente en el debate todo lo que pueda dar de sí, estrujarlo, ponerle contra las cuerdas y provocar la confrontación de programas, obligando a cada uno a mojarse en los temas que realmente interesan al ciudadano. Todo lo demás es un paripé, una tomadura de pelo.

Otro aspecto no menos importante es el de los partidos minoritarios que a la hora de investir al candidato a presidente tendrán mucha más fuerza e importancia de la que se les otorga en campaña.

Estos grandes ausentes, tienen un peso, representan a una parte nada despreciable del conjunto de la sociedad y por tanto, no pueden ni deben ser ninguneados por la inercia bipartidista.

Las valoraciones de la prensa respecto al mal llamado debate, mejor no hablar de ellas: Apestan.

UN TIBURÓN LLAMADO PIZARRO


El nuevo fichaje del PP para ocupar la cartera de economía en el caso de que ganaran las elecciones ha salido mal parado en el debate televisivo que mantuvo con el actual responsable de esta cartera Pedro Solbes. Quizá creía que con una fuerte dosis de palabrería hueca sería capaz de engatusar a los espectadores.


La derecha siempre dice que bajará impuestos, promete recetas mágicas para solucionar los agobios de las economías modestas, que siempre acaban por empeorar la situación de los menos favorecidos y mejorar ostensiblemente a los que se hinchan a ganar dinero.


Esto ya quedó claro en las legislaturas en que gobernó el PP. Todos recordamos los regalos en efectivo por el parón nuclear, la venta de Telefónica al compañero de pupitre de Aznar etcétera...


Los tiburones de las finanzas que se han enriquecido a la sombra del poder, haciendo uso y abuso de las amistades y la información privilegiada no deberían tener ningún crédito cuando exponen recetas mágicas, que suelen resumirse en: ingresar menos, sacar más y que todavía quede algo.


Pizarro dijo que donde mejor está el dinero es en el bolsillo de quién lo tiene, que si el dinero lo tiene el Estado merced a la recaudación de impuestos, este lo funde, lo derrocha.


Habría que ver cuanto dura en el bolsillo de un trabajador o un recién licenciado el exiguo salario mensual.


No habla sin embargo Pizarro de las veces que este Estado que tan mala fama tiene, ha tenido que desembolsar muchos millones para tapar los agujeros económicos ocasionados por tiburones sin escrúpulos que se han embarcado en proyectos poco claros y que han llevado a la ruina a sociedades mercantiles y a entidades bancarias, ocasionando pérdidas millonarias a los accionistas. Cada vez que se producen expolios de este tipo, todos miran hacia el Estado para que se haga cargo. Después ya le daremos una patada, que casi siempre acaba en el trasero de los contribuyentes que tienen una nómina. No puedo dejar de acordarme de Gescartera , Banesto, Banca Catalana y Rumasa. El último caso más escandaloso ha sido Afinsa.


A Pizarro no le extraña el hecho de que los Bancos centrales tengan que poner miles de millones de euros y dólares para tapar los desastrosos resultados de operaciones temerarias o dolosas que ponen en grave riesgo el dinero de sus clientes y al propio sistema financiero.


Lo que en realidad dilapida es la opacidad en las operaciones, el fraude fiscal y los paraísos fiscales. Me gustaría que aunque sólo fuera por una vez, el Sr. Pizarro o algún otro personaje hablara un poco de esto.


Menos impuestos quiere decir más dinero para unos pocos y menos servicios públicos para la mayoría y en la práctica la privatización de lo público: enseñanza, sanidad etc.


En el caso de que las clases asalariadas se vieran con más dinero en el bolsillo merced a una rebaja fiscal, este dinero sería insuficiente para sufragar los gastos de lo que el Estado dejaría de sufragar en el caso de que la derecha volviera al gobierno.


Las desigualdades han aumentado en España, se ha agrandado la brecha entre los niveles de ingresos más elevados y los de inferior nivel. Dicho de otra manera: los aumentos en los precios experimentados en los productos básicos, como vivienda, alimentación y transportes, unido a la precariedad en el empleo, hace que muchos vean el futuro un poco incierto.


Las cosas son así y no se pueden enmascarar o camuflar con datos estadísticos y simular una situación llena de alegría.


No quiero imaginar lo que sucedería si el Sr. Pizarro tuviera carta blanca para aplicar las recetas mágicas del programa económico del PP.


Como bien dice un amigo mío, en estas elecciones muchos no votaremos, en el acto de introducir la papeleta en la urna utilizaremos el presente de indicativo en primera persona del verbo votar con un prefijo: la preposición contra. Sin pretenderlo hemos acuñado un nuevo vocablo, un verbo, el verbo contravotar.


El significado de este verbo es múltiple y va cargado de simbología, precaución y una cierta mala leche y no es ni más ni menos que el que sigue: voto a estos (los sociatas) para que no salgan los otros (PP).


Lo que no hay que hacer de ninguna de las maneras es inhibirse, no votar. Esto alimenta a la derecha. Si no votamos, luego que no venga nadie lamentándose.

lunes, 18 de febrero de 2008

KOSOVO



El Mariscal Tito debe removerse en su tumba



De nuevo las cosas andan revueltas en la antigua Yugoslavia. Después de pasar por una de las más sanguinarias guerras civiles aquél país quedó fragmentado y destruido con un incontable número de muertos y desaparecidos, amén de los que salieron huyendo a otros países en busca de un poco de paz y una vida nueva si es que esto es posible.




Todo ello ocurrió a una hora y media de avión de donde nosotros vivimos, con la pasividad de las potencias europeas que deshojaban la margarita mientras en aquél país se cometían verdaderas atrocidades.



Europa no puede estar nada contenta ni mucho menos orgullosa de su papel en aquél conflicto y el Estado Vaticano menos. No en vano fueron los alemanes y el estado papal quienes reconocieron la independencia de Croacia; hecho que no hizo más que echar leña al fuego de la caldera balcánica.



Ayer día 17 de febrero los kosovares proclamaron la independencia. Aquí, en nuestro país, no han faltado los que buscando paralelismos inexistentes, se han lanzado a celebrarlo.



Kosovo ha sido y es un factor de inestabilidad en aquella región y la proclamación de independencia no hace más que debilitar el frágil equilibrio de fuerzas que permiten mantener un clima lo más parecido posible a una situación de normalidad. No en vano las fuerzas de la KFOR están presentes en aquella región para mediar y actuar de fuerza de interposición cuando este equilibrio peligra.



Mencionaba más arriba que en España no han faltado quienes hayan buscado y encontrado paralelismos más o menos ficticios entre Kosovo y los nacionalismos realmente existentes aquí en España. El Gobierno Vasco ha salido en defensa de los kosovares y ha saludado su proclamación de independencia. También en Barcelona la cúpula de ERC ha brindado con cava por la secesión kosovar.










A la hora de buscar analogías o paralelismos hay que ahondar un poco y poner de relieve lo que nos diferencia de Kosovo, que no es precisamente poco.





Dejando por un momento de lado el “sentimiento nacional “, existen aspecto diferenciadores de orden económico, social y político que echan por tierra cualquier atisbo de paralelismo.




Kosovo no forma parte de la Comunidad europea (dato poco relevante a los ojos de muchos), es un país con un tejido industrial casi inexistente, con unas tasas de analfabetismo altísimas y un atraso en todos los órdenes que lo distancia de los niveles más bajos de algunos países recientemente incorporados a la CE.




El nacionalismo kosovar se basa casi exclusivamente en principios étnicos, echo que lo distancia de cualquier hipotético candidato a seguir sus pasos en la CE.




Mister Bush apoya la independencia de Kosovo. ¿Qué motivos tiene?, de momento y a modo de análisis de urgencia me atrevo a afirmar que sembrar la discordia en el seno de la CE forma parte de sus objetivos.




Europa debería ser capaz de hablar con una sola voz ante este y otros conflictos. De haberlo hecho así en otras ocasiones, no hubiéramos que lamentarnos de tantas cosas.




Los kosovares al igual que hicieron otros países de la Europa del este, enarbolan la bandera americana junto a la propia, creen que el Tío Sam va ha solucionar sus miserias. Lo que no saben es que nadie da nada gratis y menos los americanos, aunque bombardeen a los servios cuando estos les quieren exterminar.




La proclamación de independencia de Kosovo, que no cuenta con el reconocimiento del Gobierno de España, viene a complicar una vez más la ya de por si, casi inexistente homogeneidad de criterio en política exterior de la CE.




Los integrantes de la CE más proclives a sucumbir a los cantos de sirena del los americanos (léase presiones) que al mismo tiempo son receptores netos de fondos de cohesión, son los que más dificultades van a ocasionar para la consecución de posturas claras y firmes por parte de la CE. No olvidemos las trabas que puso Polonia al nuevo tratado (constitución) europeo.




No se debe consentir una posición tan poco solidaria de estos países o dicho de otra manera: no podemos consentir que muerdan la mano que les da de comer, por lo menos sin que haya sanciones.















miércoles, 13 de febrero de 2008

DE NUEVO LA SANIDAD

La sanidad anda revuelta en Cataluña. De nuevo los médicos están en huelga por una mejora de las condiciones de trabajo y aunque no lo digan – principalmente- por la mejora sustancial de sus emolumentos, que son francamente mejorables.
La incapacidad de la Consellera Marina Geli para hacer frente a la situación de la sanidad es más que evidente. El problema ya no es únicamente su manifiesta y probada insolvencia, si no, de quién tiene por encima que la mantiene en el cargo.
Unos y otros están mareando la perdiz sin meterse en faena, mientras, la situación empeora.
Existen varias diferencias entre este conflicto y los que se han producido anteriormente. Parecerá una perogrullada pero una diferencia – y no precisamente menor-, es que ha pasado tiempo, demasiado sin que se pusieran medios para solucionar los problemas.
El tema del salario subyace en todo el conflicto, tanto en el caso de los médicos como en el resto del personal.

La eclosión de esta última huelga, es un síntoma de que no se puede esperar más sin que “algo” se arregle.

Los niveles de descontento son cada día mayores en todos los estamentos, hastiados de tanta palabra hueca, de tanta cacicada y de las huidas hacia delante de la Consellera.

La situación en que se encuentra la asistencia primaria en Barcelona ciudad es insostenible. A la escasez de medios tanto humanos como materiales se le debe añadir la precariedad de los espacios físicos en que deben desarrollar su trabajo los profesionales: Edificios insalubres, envejecidos, de escasa capacidad. A todo ello hay que añadir el aumento poblacional, -léase inmigración-, el envejecimiento de la población y un largo etc.

Estaremos de acuerdo si decimos que lo de Barcelona viene de lejos, toda la responsabilidad no es de los actuales gobernantes que se han encontrado con una situación difícil de capear.


Lo que no es de recibo es que adopten la misma actitud que la derecha, que reproduzcan los mismos tics tecnocrático-autoritarios, escondiendo la cabeza bajo el ala.


Hagamos un poco de historia: Mientras los diferentes gobiernos de CiU se esforzaban en reformar la asistencia primaria en toda Cataluña y principalmente en las zonas en que tenían sus feudos electorales, dejaban que la situación de Barcelona quedara fuera de la modernización, de la puesta al día de sus instalaciones y en definitiva de la reforma. Esto lo estamos pagando ahora con creces.


No puede sin embargo, servir de excusa permanente para los actuales gobernantes, la situación heredada. No pueden esconder su incapacidad sólo con argumentos de este tipo.


Es toda la sanidad la que cruje: primero el incendio del Hospital de la Vall d´Hebrón, después el del Hospital Germans Trias (por culpa del tabaco ¡¡??). No podemos seguir así.


¿Cuando piensan reaccionar?,¿Qué tiene que suceder para que lo hagan?
A todo este triste panorama hay que añadir un nuevo elemento: la decepción.
Muchos profesionales y trabajadores de la sanidad pública, tenían muchas esperanzas depositadas en este Govern d´Entesa por su carácter de izquierda, que creían con voluntad y capacidad para poner orden y sentar las bases para acometer una reforma de profundo calado orientada a resolver los multifactoriales déficits de nuestro sistema de salud. La respuesta ha sido más de lo mismo: viejas recetas para viejos problemas.


Nadie ha pedido solucionar las cosas de hoy para mañana, no somos tan ingenuos ni insensatos, sin embargo los responsables políticos parecen atenazados por aquella vieja expresión: “Precipitarse es malo, estar parado peor”.

domingo, 10 de febrero de 2008

400 EUROS Y UNAS COSITAS MÁS


Revuelta anda la caspa con las decisiones tomadas por el Tribunal Supremo acerca de los partidos vascos que presuntamente han hecho de real y eficiente franquicia de la marca Batasuna.


Si el gobierno no actúa, mal, y si lo hace, no es en el momento oportuno pudiendo así acusar a este de medidas oportunistas y electorales.


La ilegalización de una fuerza política no es un tema menor. Para elevar una petición de este tipo, no se pueden tener cabos sueltos, hay que tener muy bien trabadas las pruebas que demuestren y refuercen los supuestos delitos. No creo yo que el Gobierno haya estado quieto durante tanto tiempo y que se haya visto empujado a actuar por la presión de los populares.


En otro orden de cosas, la propuesta de Rodríguez Zapatero conocida como la de los 400 euros, me parece desacertada. Ahí si se ve un ramalazo electoralista.


No se pueden ir por ahí regalando dinero alegremente, aunque se esgrima el argumento de que se toma tal medida para ayudar a los más desfavorecidos.


Cabe preguntarse ¿Cuando no haya dinerillo fresco en las arcas, qué?, ¿Cómo van a ayudar a los más desfavorecidos?


Preferiría oír otros planteamientos, propuestas de hondo calado social, como una reforma fiscal que gravara mucho menos las rentas del trabajo y mucho más las del capital. Tampoco estaría nada mal reforzar las inspecciones para perseguir el fraude y la evasión de impuestos.


En los momentos de cierta bonanza económica hay que pensar en el mañana, en construir un sistema de bienestar que permita crear riqueza y trabajo.


No han pensado que con la entrada en vigor de la Ley de Dependencia van a hacer falta muchas manos para atender los supuestos previstos en dicha Ley.


La compatibilización del trabajo y la vida familiar en el caso de las mujeres, precisa de una red de guarderías con horarios adaptados a las necesidades de la mujer trabajadora. Ahí hay otro filón para crear empleo y al mismo tiempo reforzar las políticas de bienestar social.


Los socialistas han tomado una deriva con estas medidas de cheque regalo más propia de la derecha. Sería bueno que se esforzaran en marcar la diferencia, de lo contrario, no deberían de extrañarse cuando se oye aquella frase tan manida: Todos son iguales. Esta frase además de ser injusta no es fiel a la verdad, sin embargo, en ocasiones, las actitudes de los partidos a la hora de captar votos, los hacen más proclives a ser igualados con su polo opuesto.


Los logros de este Gobierno que el próximo día 9 de marzo quiere revalidar su triunfo, no han resplandecido como debieren por su importante calado social y de libertades individuales. La machacona posición obstruccionista de los populares, ha conseguido distraer al personal con asuntos que debidamente manoseados por los medios afines han distraído la atención de los ciudadanos.


Parecía que a España le quedaban dos telediarios, que se rompía irremisiblemente. Todos hemos visto que no ha sido así, que los socavones en el trazado del AVE, no eran in síntoma de l resquebrajamiento de España, eran otra cosa. El fallido intento de entablar negociaciones con el entorno y la propia banda terrorista ETA fracasaron, seguramente no era el momento paro había que intentarlo y aún sin dar nada, ni conceder traslados de presos a cárceles cercanas al País Vasco tal y como hizo Aznar, el PP ha denunciado desde el primer momento las gestiones del Gobierno. De nuevo se ha visto la total carencia de sentido de estado de la derecha española.


En ocasiones a este Gobierno le han faltado reflejos para contrarrestar tanto a la derecha política como a la episcopal, tardando o respondiendo con excesiva timidez. ¿Qué temían?, ¿molestar a alguien? Haga lo que haga el Gobierno tanto a los primeros como a los segundos les va a parecer mal y van a pedir su crucifixión.


Hay que responder a esa gente, es necesario denunciar el Concordato, ponerles en su lugar. Sólo así respetarán al poder que emana de la soberanía popular. Amén



lunes, 4 de febrero de 2008

¡CON LA IGLESIA HEMOS TOPAO.....!!!!!



El cinismo de nuestra derecha llega a extremos insoportables. La conjunción eclesiástico derechista habla ya con una sola voz, sin ocultarse. Aunque intenten disimular a ratos, se les ve el plumero a la legua. Algunos altos cargos de la Iglesia, intentan hacernos creer que no están a favor de ninguna opción concreta, dicen que sólo dan recomendaciones morales a sus fieles.

Nunca la fe o la moral es lo que hace hablar a los obispos. En definitiva la moral les importa poco y la justicia menos.

Todos sus movimientos y gestos no se producen improvisadamente, siempre son fruto de una minuciosa reflexión y un cálculo de oportunidad. Es su naturaleza. Sólo responden a una ambición, que es el poder.

Han abierto la veda, en nombre de su cometido pastoral, pretendiendo deslegitimar y condenar el ejercicio del libre albedrío.

Mezclan en sus discursos conceptos como fe, moral libertad, justicia, derechos y democracia, todo aliñado con un verbo apocalíptico, que vaticina el fin de las libertades en el caso de que no se voten las opciones bien vistas por ellos.

Ante tal coyuntura, no podemos perder la compostura, no sería prudente ni obedecería a un criterio razonable, lanzar una campaña de anti clericalismo. En el fondo es lo que quieren.
Las relaciones entre la Iglesia y el Estado, deben ser claras, no puede haber sombras niambigüedades. El actual marco debe revisarse sin dilación, sin que ello sea un tema de campaña electoral.

El de las relaciones Iglesia Estado, debe ser un marco jurídico claro, basado en el respeto y con un papel preponderante de la laicidad y un profundo ajuste normativo al texto constitucional, que es el que debe prevalecer por encima de cualquier creencia religiosa.

La política no debe frivolizar sobre determinados temas, no se puede decir hoy blanco y mañana negro en función de intereses de naturaleza espuria.

La seriedad y la coherencia en el discurso político debe ser la norma si realmente se quiere plantar cara a los envites reaccionarios de la jerarquía eclesiástica.

Sólo un enfoque sereno que cuente con apoyos amplios, puede remediar esta situación.
El actual marco que rige las relaciones Iglesia-Estado en España, es mucho más ventajoso y dá más poder de intervención para la Iglesia, que el que mantiene el Estado italiano con el Estado vaticano.

Empecemos por situar la cuestión en su punto de partida, que es el Concordato de 1953, suscrito en pleno nacional catolicismo. La democracia española no puede ni debe arrastrar este lastre de la dictadura franquista.