domingo, 11 de noviembre de 2007

PUNTOS DE VISTA





Llevamos unos cuantos días viendo en los medios informativos con diferentes enfoques, la problemática que se ha creado al entorno de las obras del AVE y todas la vicisitudes por las que pasa este proyecto de considerables dimensiones, que pasa por ser uno de los más ambiciosos proyectos realizados en Catalunya.
Vayamos por partes. Esta obra llega con mucho retraso, las causas son muchas y de diversa índole y no todas atribuibles al Gobierno Central.


La falta de acuerdo entre las diferentes administraciones catalanas y el Ministerio del ramo, en cuanto al trazado y número de estaciones que el AVE debería tener, han sido en episodio lamentable. Un exponente de cómo las agendas y el afán de protagonismo marcan las obras de gobierno.

Otra cosa ha sido la forma en que se ha desarrollado el proyecto, la incapacidad o la falta de previsión y también las agendas políticas de todos, han convertido en un auténtico desastre la ejecución de las obras.

La repercusión de las obras del AVE en el servicio de cercanías y en los Ferrocarrils de la Generalitat, ha provocado un enorme impacto negativo sobre todo en cercanías, un servicio que por otra parte, hace ya tiempo que deja mucho que desear.


No hace falta recordar lo que viene sucediendo desde hace tiempo: los retrasos, los trenes parados en cualquier parte del recorrido, los socavones, las explicaciones de la Sra. Ministra (de cuyo nombre no quiero acordarme), las insoportables molestias y perjuicios causados a los usuarios y vecinos y sobre todo la imagen tan pobre que se está dando de la clase política.

Algunos con excesivo pragmatismo harán una valoración de lo que sucede en términos de número de afectados, duración del conflicto, coste político –electoral y relación coste-beneficio.

También se dirá o se dice, que cuando todo esté solucionado nadie se va a acordar de lo sucedido. Yo espero que no sea así. El malestar, el cabreo, la rabia por la forma en que son tratados los ciudadanos que necesitan de un servicio público de transporte para ir a su trabajo, no se olvida fácilmente y si alguien prefiere pasar página con excesiva celeridad, hay que darle un coscorrón en el mismo lugar donde la administración le ha estado sacudiendo durante tanto tiempo.

Hay que resaltar la actitud cívica y resignada que han mostrado los afectados por este desastre. La ausencia de de incidentes relevantes, dice mucho del alto valor cívico de nuestras gentes.

Ante los análisis cómo el que he señalado más arriba, quiero manifestar mi desacuerdo. Dar por bueno este enfoque, para mí, además de una falta de respeto, es hacerse cómplice de quienes han tomado el pelo y han ninguneado de forma vergonzosa, a los que madrugan para ir a trabajar, a los que tienen su primer empleo (seguramente precario), en definitiva a las capas menos favorecidas de la sociedad.

Tal vez algunos tachen de demagógicas mis opiniones. No está en mi ánimo recurrir a esta estrategia. Las cosas son cómo son y no se les puede cambiar el nombre. Esto sería mentir o maquillar la realidad.
Entre el punto de vista del pragmatismo tecnocrático y los usuarios de cercanías me quedo con estos últimos, que son los perdedores.


Para ir acabando, un poco más sobre el AVE y su trazado definitivo. Escribí hace tiempo sobre la murga que están dando con la Sagrada Familia y los verdaderos intereses que esconden los meapilas del patronado y los funcionarios ensotanados del obispado de Barcelona.
¡Cuánta desmemoria!, ¡Qué poca vergüenza!

Los aliados de última hora que se han incorporado al frente eclesiástico-casposo, (CiU y PP) son los que firmaron el acuerdo con el Gobierno Central el actual trazado por el que debe discurrir el AVE.

El Partido Popular estaba en el gobierno y CiU era el inquilino del Palau de la Generalitat. Ahora con el propósito de desgastar al Gobierno del PSOE y al Govern d´Entesa, se olvidan de que se hicieron la foto juntos.

Esto no debería sorprendernos, aunque es una actitud que me repugna y desconcierta a no pocos ciudadanos, que espero saquen sus propias conclusiones y obren en consecuencia.



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