jueves, 11 de septiembre de 2008

¿QUIÉN JUZGA AL JUZGADOR?

El juez Rafael Tirado elaborando una sentencia


Esta es la pregunta de seguramente se plantean con indignación muchos ciudadanos al conocer el fallo del Consejo General del Poder Judicial, que se quita de encima un caso más de inoperancia o mala praxis de un juez.

El caso que se juzgaba era muy grave, ya que si el juez Rafael Tirado hubiera actuado con diligencia muy posiblemente la niña Mari Luz Cortés hoy estaría viva.

El único responsable de ejecutar una sentencia es el juez que la ha dictado y no es válido parapetarse detrás del colapso judicial para eludir las responsabilidades. El juzgador, en quien recae la responsabilidad de impartir justicia no puede eludir sus responsabilidades con la sociedad y el estado.

Al hacerse pública la sentencia en que se condena al juez Tirado a pagar una multa de 1.500 euros por no ejecutar la sentencia que mandaba a la cárcel a santiago del Valle, presunto asesino de la niña Mari Luz Cortés. El condenado debía cumplir condena por abusos sexuales a su propia hija, según acordó el juez Rafael Tirado en el año 2005 y esta sentencia no se mandó ejecutar hasta el pasado mes de noviembre, cuando la niña Mari Luz ya estaba muerta.

La sentencia que obliga a pagar el Juez 1.500 euros, es una bofetada para los padres de la niña Mari Luz y socava aún más la confianza de los ciudadanos en la justicia.

Por lo escandaloso y ridículo de la sentencia, los ciudadanos estamos en nuestro derecho a pensar que el corporativismo ha sido fundamental a la hora de evaluar los pros y los contras de esa sentencia, pues no en vano, ha habido dos votos particulares en su contra.

La magistrada Montserrat Comas, fue muy dura a la hora de comentar una sanción tan poco acorde con la gravedad de la falta, aunque de poco sirve la opinión de jueces que como ella tienen tan claro su papel, cuando lo que predomina en esas instituciones es lo más reaccionario y casposo de la carrera judicial.

Seguramente muchos nos preguntamos si en el caso de que los padres de la niña no fueran de clase humilde, quizá sus señorías hubieran sacrificado la carrera del juez Tirado, dejando el corporativismo para mejor ocasión.

Con esta sentencia todos estamos, en este país, un poco más indefensos y un poco más cabreados.

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