viernes, 24 de junio de 2011

15-M VERSUS PARTIDOS Y SINDICATOS

Algunos hablan de los del 15-M como si realmente fueran perroflautas o gilipollas, ase sí, expresando su apoyo y comprensión.



Estoy siguiendo con interés muchas de las cosas que se escriben sobre el movimiento del 15-M, algunas cosas las leo “a la transversal” como se dice ahora y que yo entiendo que es leer por encima y sin prestar demasiada atención. No voy a entrar en los motivos de que centran mi atención más o menos, esta es cosa mía que no comparto.

Lo que encuentro por todas partes son ejercicios más o menos osados de futurología que dada la pretendida solvencia de algunas plumas o bitácoras creo yo que se arriesgan mucho y aportan pocas claves o líneas que hagan pensar que este movimiento que tiene seis semanas de vida vaya a tomar tal o cual dirección.

Los partidos tiene la mosca detrás de la oreja y la capacidad de reacción oxidada de no usarla, los sindicatos mayoritarios que creen que están al margen de la quema general que quieren llevar a cabo los del movimiento, están en lo que se llama la luna de Valencia, pues no se dan cuenta que los jóvenes y menos jóvenes del 15-M les ven como una parte más de ese sistema corrupto al que quieren derribar o transformar, dependiendo de la facción que opine.
No seré quién juzgue a los del 15-M por la imagen o concepto que tienen de los sindicatos de clase, pues con demasiada frecuencia dan una imagen excesivamente pesebrista y trasnochada dando la expresión de que solo representen a los que tienen trabajo y a los trabajadores de grandes empresas.

Probablemente lo que transmiten los sindicatos no puede ser otra cosa distinta a lo que son en realidad, y eso, a la gente no le gusta o no le gusta lo que adivina o intuye pero parece ser que esto a ellos no les importa.

No creamos que los “quincemayístas” vayan a echarse en brazos de los sindicatos, -ya quisieran ellos- que están a años luz de ellos aunque tengan a ratos discursos análogos.
Los sindicatos igual que los partidos son el stablishment y no hay argumentos sólidos que puedan convencer al movimiento de lo contrario.

No se puede construir nada nuevo partiendo de posturas inmovilistas, asumiendo críticas de boca para fuera o planteando unidades o alianzas desde la posición de: “venid a nuestra casa y hagamos la unidad” o “dejadnos a nosotros ya que vosotros no sabéis”. Estamos de acuerdo en que la experiencia no es una de las virtudes que adornan al movimiento 15-M pero creo yo que a los que lucharon por la jornada de 48 horas tampoco les sobraba cuando iniciaron su lucha.

Sin duda el movimiento del 15-M tendrá que definir sus propuestas sobre la base de no renunciar a su independencia, manteniéndose al margen de la lucha partidaria y a una distancia más que prudencial si no quieren verse engullidos por la maquinaria perversa de los aparatos

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