jueves, 13 de diciembre de 2007

DESPUES DE LAS LLAMAS, DESPUES DEL DESASTRE II


A la Consellera Geli le va a crecer la nariz

A modo de crónica de urgencia quiero dar un breve repaso a lo acontecido ayer en el Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona.


De nuevo un incendio en uno de los grandes hospitales de la sanidad pública pone de manifiesto que estos centros en lo que a seguridad se refiere, dejan mucho que desear.

Este verano un incendio en otro gran hospital, dejó sin electricidad durante un considerable periodo de tiempo sus instalaciones con la consiguiente repercusión sobre los usuarios y los trabajadores del centro.

Cada incidente de este tipo no hace más que poner en entredicho la confianza de la sociedad hacia el sistema hospitalario y por extensión a quienes lo dirigen.

No podemos seguir así, no es de recibo esta situación. En menos de un año, dos incendios que por suerte y por la pronta respuesta de los bomberos y la abnegación del personal, no pasa a mayores.

Me resulta incomprensible que no exista un plan de evacuación, unas directrices claras de lo que tiene que hacer cada uno de los que allí trabajan en casos como los de hoy en Badalona.

El conseller de Interior Joan Saura nos ha tranquilizado a todos: “el incendio inicialmente era pequeño”. Menos mal que este responsable de interior tiene claro que todos los incendios son “pequeños” en el momento de su inicio. Esta explicación, nos permitirá dormir tranquilos.

La consellera Marina Geli tampoco ha sido parca en palabras. La periodista Mónica Terribas en su programa “La nit al día”, ha sometido a la consellera a una batería de preguntas de las cuales ha salido bastante airosa; otra cosa es la cantidad de mentiras con las que se ha despachado.

La Consellera Geli ha dicho: los protocolos de actuación establecidos para estos casos han funcionado. Decir esto es faltar a la verdad descaradamente.

Los sistemas de detección de humo del Hospital Germans Trias no han funcionado, en ningún momento sonó ninguna alarma, las noticias llegaban a cada rincón del hospital por el sistema boca-oreja y en muchos casos y sobretodo en los momentos de más tensión el personal tuvo que echar mano de sus propios móviles.

A nadie se le escapa que un incendio en un hospital es una situación compleja y de manejo complicado, sin embargo no es tolerable ni sano en una sociedad democrática ocultar a los ciudadanos lo que verdaderamente ha sucedido y el motivo que ha originado tal situación.

No es de recibo que la consellera pretenda que al día siguiente del incendio, el hospital arranque cómo si nada hubiera sucedido y más cuando el sistema informático y el teléfono no funcionan así como una buena parte de los ascensores que no están en condiciones de uso, el fluido eléctrico tampoco llega a todos los puntos del recinto hospitalario

Todas las dependencias afectadas por la humareda, han quedado afectadas y tendrán que pasar días para que todo quede limpio y en buenas condiciones para su uso.

La imagen de la sanidad en Catalunya ha quedado seriamente en entredicho, comprometida por las evidencias de que sus instalaciones no han experimentado mejoras acordes con los tiempos.

Se está tardando demasiado en adecuar los edificios a las normas de seguridad más recientes.

La consellera Geli se ha comprometido a que para primeros de año se hayan realizado las intervenciones suspendidas y las visitas que han tenido que aplazarse.

Una vez más se pondrá a prueba el aguante del personal sanitario, que con una plantilla ya insuficiente, tendrá que apretar más el paso, con medios escasos y precarios. Siempre recae sobre las mismas espaldas esta pesada carga, fruto del temor al coste político y a la prepotencia de los políticos.

No se puede pedir más esfuerzo a quién se esfuerza cada día y debe ejercer su profesión en condiciones precarias desde hace muchos años.

No se pretende que partiendo de una etapa de 23 años de un gobierno de CiU que no creía en lo público y que cada año invertía menos en sanidad, se ponga todo al día. Es cierto que se están haciendo inversiones importantes, no voy a ser yo quién lo ponga en duda. El problema, intuyo que es el estilo que tienen de gestionar, tan opaco y poco participativo, que provoca la inhibición de quienes sienten o deberían sentir como propia la institución en la que trabajan.

2 comentarios:

manuel allue dijo...

A los socialistas franceses les ponían verdes, hace muchos años, cuando hablaban de ''l'héritage", la jodida herencia de los gobiernos de derechas. Aquí, en Catalunya, la herencia es descomunal y descomunalmente de derechas. Eso justifica la mitad del asunto. Pero no más. Lo peor es que la izquierda no creía que la granada les iba a estallar en las manos. Y no sólo en los hospitales. Hi ha molta feina per fer, pero no soporto que nos mientan ni con el pasado. ¡Imagínate con el futuro!

Simon Muntaner dijo...

Caro sobrino, tiene razón Manuel Allué, de donde me saco de la manga la siguiente sentencia: "Mientras el pasado (y su herencia) sean un punto de llegada, no habrá levantamiento de cabeza". Suena un poco pretencioso, pero así vemos las cosas en Parapanda. O, lo que es casi lo mismo: si la excusa es el argumento, no hay proyecto. Saludos requeteinvernales, aquí estamos a diez bajo cero. TF