jueves, 6 de septiembre de 2007

VEN Y CUÉNTALO


Rosa Díez departiendo en una disco.


A finales de agosto, la hasta ahora eurodiputada socialista Rosa Díez, anunció su dimisión y el cese de su zigzagueante militancia en las filas del socialismo.
Rosa Díez no era una militante cualquiera, allí donde estaba se tenía que notar su presencia. La acción política no es tal -para ella- sin una dosis de vedetismo, aunque sea a costa de cosas muy serias.

Aunque curiosa, su metamorfosis política es bastante común en la clase política de este país. No hace falta recordar a Piqué.
Rosa Díez fue Consejera de Comercio y Turismo del Gobierno Vasco y salió a predicar las excelencias de aquellas tierras, acuñó el eslogan “ven y cuéntalo”. Nada que decir sobre el eslogan.
En aquella época, la Consejera Díez era una firme defensora del pacto con el nacionalismo, lo defendía contra viento y marea. Eran unos años en que había muchas víctimas, años muy duros. La consejera Díez no decía ni mú. Ella tenía cargo, coche oficial, protección, despacho con maderas nobles y lo más importante podía hablar con auditorio asegurado desde su posición de Consejera, mujerquesehahechoasimisma y socialista.
Rosa Díez se mostró ferviente partidaria de mantener el pacto de gobierno con el PNV cuando se supo que este negociaba con Batasuna el Pacto de Lizarra. La posición de su partido era claramente partidaria de romper cualquier pacto mientras el PNV jugara a dos manos.
La llegada de Rodríguez Zapatero a la secretaría general del PSOE, supuso el principio del fin de Rosa Díez como vedet oficial del socialismo vasco. Ambos representan estilos muy diferentes de hacer política y pertenecen a otra generación de cuadros socialistas con mando en plaza.
Quiso Díez ganar la partida a Redondo Terreros en su pugna por alcanzar la dirección del socialismo vasco, perdió, la mandaron lejos, al Parlamento europeo, dónde ha dado un perfil más que plano como parlamentaria. No se le conoce ninguna intervención con algo de peso específico.

Las hemerotecas juegan malas pasadas, en ellas queda reflejado casi todo y si comparamos lo que decía la Díez del año 1994 con lo que viene diciendo desde hace un tiempo, comprobaríamos la complicada metamorfosis de esa llamémosle señora.
El asunto no sería tan grave si no existiera una larga lista de muertos, si no se hubiera derramado tanta sangre, si no hubiera tanta gente como Sabater y otros que han mojado pan en la tragedia y han engordado su ego queriendo erigirse en voz de los amenazados o de los que han muerto.
Díez ha pasado del socialismo histórico (así le llama ella) a posiciones de derecha extrema pasando por un prolongado coqueteo con sus aledaños mediáticos que han corrido raudos y veloces a ponerle el micrófono cuando ha querido soltar sapos y culebras contra la política de Rodríguez Zapatero.

Díez quiere ahora formar otro partido con retales de “ciutadans”, de Basta ya y otros ingredientes. El carácter camaleónico de esta mujer es asombroso, contradictorio, zigzagueante, poco creíble por sus constantes devaneos y cambios de rumbo y sólo se explica por su voraz necesidad de estar tocando poder, por mamar del poder, por medrar a costa de lo que sea y de quién sea.

4 comentarios:

manuel allue dijo...

Lo que me pone los pelos de punta, además, son esos "retales" de los que hablas, los restos de serie de Ciutadans y similares. Si es que alguna vez tuvieron "series".

Entre tontos anda el juego, barato, insostenible y, al final, dañino.

delantal dijo...

Me gusta tu estilo crítico, en fondo y forma. Yo también vendré.
Gracias por tu visita.

Simon Muntaner dijo...

Querido sobrino: Delantal dice que también ira. Pero ¿a dónde? Por otra parte, les he pedido si saben o conocen la receta de los piononos. Saludos,

DESPERTAFERRO dijo...

Tito Ferino: El yo también vendré, creo yo que debe interpretarse como una metáfora. ¿No te parece?