viernes, 20 de julio de 2007

LLEI DE REFORMA DEL ICS (I)


A Don Francesc José Mª se le hace la boca agua con la Llei de reforma del ICS


El Parlament de Catalunya ha aprobado la Llei de reforma del ICS. Esta ley se ha hecho esperar pues procedía de la anterior legislatura y sucumbió su tramitación al mismo tiempo que lo hacía el Govern Catalanista i d´Esquerres presidido por Pascual Maragall.
Bienvenida sea la dichosa ley. Vamos a estar divertidos una buena temporada. Asistiremos a su desarrollo con atención y con espíritu crítico, también veremos como a más de un insobornable defensor de la reforma del ICS, se le saltan las lágrimas y no precisamente por las alegrías que la aplicación de esa ley le proporcione.

Hacía falta una reforma del ICS, sin embargo para solucionar determinados problemas endémicos de esta institución no hacía falta una ley.
Si hasta ahora no se han utilizado los instrumentos legales que permitían actuar sobre determinados usos y costumbres, -permítaseme el eufemismo- ¿Por qué demonios pretenden que me crea que en lo sucesivo todo va a ser diferente? ¿Van a cambiar los modos y maneras de quienes ahora nos dirigen? Sinceramente no lo creo y nos les creo. ¿Qué han hecho hasta la fecha para que pensemos que se ha operado un cambio real en las formas de gestionar tanto los caudales públicos como las políticas de recursos humanos sin olvidarnos de atajar las corruptelas? Tengo la respuesta: Nada, y esto no lo va a remediar la nueva ley que pretende reformarlo todo. La administración actual, lejos de remover de sus cargos a individuos que se han caracterizado por su manifiesta incapacidad y conducta abiertamente contraria a cualquier tipo de cambio o actuación transparente, los han mantenido y confirmado en sus puestos. Sin duda este es un buen ejemplo para que nos creamos que todo va a cambiar, y que si no ha cambiado, es por falta de recursos legales.

Únicamente los que van a notar el peso de la ley van a ser los de siempre, las capas medias y subalternas que forman el grueso de la abultada nómina del ICS.

He echado de menos durante todo el periodo de discusión de esta ley una actitud más consecuente por parte de todos los sindicatos. He dicho consecuente por aquello de esperar que cada uno haga su papel y lo haga bien. Sólo he escuchado broncas y descalificaciones. Creía que emplearían su fuerza e inteligencia elaborando propuestas razonables y valientes, dignas de ser tenidas en cuenta por la contraparte. Cabía esperar que ante la trascendencia de una reforma de esta magnitud, se abriera un debate con los trabajadores en el que se diera cuenta de lo que en realidad significaba esta reforma y como podría afectar al conjunto de profesionales, recogiendo propuestas y planteando, si así se creía oportuno, movilizaciones y medidas de presión para poder negociar los aspectos más conflictivos de esa ley.
Continuará…

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