domingo, 1 de julio de 2007

QUO VADIS, MARAGALL




Los cagalástimas-chiruqueros-indocumentados del incipiente PDE, no se comieron esta paella
Este sábado pasado, el que fuera President de la Generalitat Pasqual Maragall ha estado en Pineda de Mar para cantar las excelencias del Partido Democrático Europeo. Aprovechando la reunión de Ciutadans pel Canvi, a la que también han asistido cargos electos del PSC y militantes, se ha decidido su disolución como formación política para convertirse en una plataforma cívica dedicada a otros menesteres. Esta formación fue impulsada por el propio Maragall en el año 1999 para favorecer el cambio político en Catalunya.

Pasqual Maragall siguiendo su propio estilo ha dicho que el PDE debe crearse también en Catalunya pero que no será él quién lo haga.
Conozco personas que han asistido a esa reunión lo que me produce un cierto desasosiego por muchas causas. Todo el mundo es libre de asistir dónde quiera y oír los cantos de sirena de sapo o de grillo que desee; sin embargo, me produce un cierto estupor ver la alegría con que se asiste a reuniones convocadas por alguien que con sus iniciativas va desencadenar una merma en los activos socialistas. Lo digo desde el convencimiento de que una parte de las personas que dan su apoyo al PSC se decantarán por la opción que propone Maragall en el caso de que esta cuaje. Este sector sociata-cumbayá-chiruquero de elevado o medio estatus social no dudará en reírle la gracia una vez más a Maragall. Son así de cantamañanas, que le vamos a hacer.

No voy a perder ni un minuto en hablar del cantamañanismo imperante. Sin embargo, si quiero poner de manifiesto lo que a mi entender, alimenta esta actitud tan frívola y que no es más que la falta de solidez de las ideas que deben guiar a quienes están por la defensa de un proyecto político socialista.

Han comenzado los italianos con ese experimento que quiere implantarse en Europa. Los D´Alema y compañía han iniciado este proceso de vaciado de contenido y dilapidación del patrimonio político de la izquierda italiana. Ahora de la mano de Maragall se nos presenta la oferta del PDE como si fuera un medicamento contra los efectos indeseables que dimanan del tinglado partidista actual.
Ante los retos que tiene hoy planteados Europa, llámense globalización, estancamiento o fracaso del proyecto constitucional, inmigración, erosión del estado del bienestar, cambios en el sistema productivo, deslocalización de empresas, etc.…. se nos propone un proyecto de partido que supone un empequeñecimiento de la izquierda, un abandono de los principios tradicionales y básicos de la cultura política de la izquierda.
El PDE sería en la práctica un partido dónde cabrían todos, hasta los más desleales con el proyecto europeo, como esos socios que ponen la mano para cobrar fondos de cohesión con la vista puesta en el amigo americano que les promete inversiones a cambio de seguidismo de sus políticas en el mundo. Léase vuelos de prisioneros, cárceles secretas y apoyo a las guerras ilegales.

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