miércoles, 9 de abril de 2008

LODOS, BARROS Y RECESIÓN


No es un secreto para casi nadie que la situación económica ha experimentado un súbito declive con tendencia franca al empeoramiento y que la cosa no ha hecho más que empezar.

El crecimiento de la economía sustentado casi exclusivamente en el ladrillo y la especulación urbanística ha tocado techo y amenaza seriamente a millares de trabajadores de este sector y a los de las empresas subsidiarias.

Hacía tiempo que se decía que la burbuja inmobiliaria podía estallar. Al final estalló está salpicando a demasiada gente.

Del “no pasa nada” inicial, hemos pasado a la afirmación de que el gasto público para 2009 deberá acomodarse a la nueva situación económica.

Se han construido es España más viviendas que en Francia y Alemania en el mismo periodo de tiempo. Una estupidez, digna de este tipo de empresario rapiñador que siembra, recoge, y levanta el vuelo, dejando detrás de si, sólo tierra quemada. Lo más triste es que este tipo de emprendedores tienen cómplices en la política.

Cada vez que oigo un comentario al respecto me hago la misma pregunta: ¿Si esto se veía venir, cómo no han actuado para prevenir este desastre anunciado?La inmensa mayoría de las viviendas construidas están cerradas. Los inversores han buscado un lugar seguro para colocar sus dineros y ello ha contribuido a que al estimarse como valor seguro y siempre al alza, los precios no dejaran de subir.





Hay en España miles de familias atrapadas por una hipoteca hasta el fin de sus días, con un ascenso imparable de su nivel de endeudamiento, que se ve agravado por la subida de los tipos de interés. Con ello la tasa de morosidad aumenta exponencialmente, causando un agravamiento de la falta de liquidez de muchas entidades financieras.

Demasiado se ha dejado campar por sus respetos al sector especulativo-inmobiliario, al final aquellos lodos han traído estos barros.

Se me hace difícil de entender la afirmación hecha por el aspirante a Presidente del Gobierno: “La recesión durará hasta la mitad de la legislatura”. Si la bola de cristal de este hombre le dice esto, mi curiosidad y escepticismo, hacen que me pregunte de qué forma van a mantener esta política de talonario iniciada en el anterior mandato y consolidada durante la interminable campaña electoral pasada.

El dichoso superávit fiscal no da para tanto. Las políticas sociales no se pueden entender de esta forma tan alegre como irresponsable.Una vez consolidados los derechos a percibir determinadas dádivas, no se le puede dar tan fácilmente la vuelta al calcetín y decir que donde dije digo, digo Diego, y.... a esperar tiempos mejores.




Mucho me temo que ha pesar del desparpajo de Rodríguez Zapatero, esta próxima legislatura, será un poco menos alegre en lo que a repartir cheques se refiere y que el programa social del futuro gobierno, se verá afectado por la nueva situación económica.

La Ley de la dependencia que vio la luz en la legislatura pasada, ha sido muy criticada por la vaga y escasa dotación económica de la que ha sido provista, al igual que el modo de aplicarse por presuntas intromisiones en las competencias autonómicas.

Esta ley en la que mucha gente a puesto grandes esperanzas, no puede defraudar las expectativas creadas en sus destinatarios.

Una de las únicas leyes con un profundo sentido social y solidario que ha sacado adelante el Gobierno socialista, no puede fracasar por muchos motivos, uno de ellos, y no precisamente finalista, es que crea puestos de trabajo.En una etapa de destrucción de empleo como la actual, sería conveniente tejer los mimbres necesarios para ocupar a muchos hombres y mujeres en este sector cada vez más necesario, como es el cuidado de las personas dependientes.


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