jueves, 24 de abril de 2008

PRIMERO LA LEGALIDAD


Hoy no quería hablar de nuevo de las tropelías de la derecha de este país. No quiero que nadie piense que soy mono temático o bien que estoy obsesionado con esta gente. Los hechos sin embargo aconsejan volver sobre los temas tantas veces comentados.

Hace días que vengo dándole vueltas al aumento del precio de los cereales y a las importantes repercusiones que tales subidas tendrán en muchos países pobres. Este es el tema que realmente quería tratar, sin duda un asunto grave y que da para mucho.
Me ha hecho cambiar de tercio la noticia oída hoy en la radio (la SER). Esperanza Aguirre no para, primero por sus tensiones con Ruíz Gallardón y ahora con Mariano Rajoy por el tema del liderazgo de su partido. Esto no pasa de ser una anécdota comparada con el contenido de la noticia que detallo a continuación.

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, firmó a principios de año un protocolo con el obispado de Madrid que contempla y regula la colaboración de los sacerdotes en los centros públicos hospitalarios.

Este protocolo recogido en el convenio firmado por el Consejero J.J. Güemes y el Obispo emérito de Madrid regula y garantiza la asistencia religiosa a los pacientes ingresados en los hospitales y a sus familias, respetando siempre el credo religioso de cada uno.

Lo que incorpora este protocolo es la inclusión del capellán en el comité ético de cada centro, con voz y voto, asimismo, formará parte del equipo interdisciplinario de cuidados paliativos, también formará parte del organigrama del centro.

¿No es esto un atropello?, ¿es constitucional esta medida?, ¿alguien duda de que estos hechos sean “regional” catolicismo cutre y revenido?

Miguel Casares, presidente del comité ético del Hospital de Getafe defiende este protocolo con el argumento de que garantizan los derechos de los pacientes y que los temas éticos no se discuten con “ideas preconcebidas”.

¿Alguien duda de cuál será la posición del cura cuando se discuta sobre un aborto a una joven violada, con denuncia o sin ella?

A juzgar por lo manifestado por el Obispo emérito de Pamplona sobre los cuidados paliativos, no dudo en adivinar cuál será la posición, el voto y la voz del representante de la Iglesia católica.

Recuerdo que el señor obispo de Pamplona dijo: “Jesucristo no tuvo cuidados paliativos y sin embargo murió dignamente”.

¿Es cristiano no aliviar el dolor? ¿Quién se atreve a negar los medios disponibles para evitar el sufrimiento de un ser humano que está agonizando? ¿Podemos negar a un ser humano los medios que no dudamos en aplicar a un animal doméstico?

La Iglesia católica está intentando penetrar e intervenir cada vez más en nuestras vidas, de la forma que sea. Esta vez de la mano de la Presidenta de la Comunidad de Madrid, y ante la sentencia absolutoria del Dr. Montes y sus colaboradores del Hospital Severo Ochoa, no ha perdido la oportunidad brindada por los representantes políticos del PP para poner una pica en Flandes y colarse en los órganos de decisión que deben valorar con criterios estrictamente éticos y científicos los tratamientos y los actos médicos que afectan a terceras personas, a seres vivos que sienten y padecen.

Mucho ha callado y aguantado la sociedad civil ante las ingerencias, privilegios y beligerancias de la Iglesia contra la legalidad constitucional a la que ellos invocan cuando les parece de forma demagógica.

Ya va siendo hora que sin sonrojos ni ñoñerías, los sectores progresistas y la izquierda en general, plante cara a esta gente. Si hay que manifestarse, manifestémonos, si es preciso apelar al Tribunal Constitucional, hagámoslo y si hay que presionar al Gobierno para que denuncie el actual Concordato hagámoslo también. Cualquier cosa antes que seguir soportando impasibles, la erosión de derechos y libertades por parte de grupos a los cuales no ha elegido nadie con su voto.

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