Estas bellas y desnudas okupas, buscan su "kobután"
De nuevo andan a la greña los okupas i las Mossos d´esquadra. Estos antisistema que dicen estar muy preocupados por el precio de la vivienda y todas las cosas que este sistema tan injusto –que lo es- les impide tener o disfrutar.
Esta gente no es de mi agrado. No voy a poner paños calientes ni a intentar contemporizar como hacen muchos progres que ven en el antisistemismo algo que les hace recordar su juventud o no se que.
Una conocida candidata a la alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona en su momento ya hizo gala de ser una antisistema. Así les va a ellos y a sus compañeros de viaje.
Declararse antisistema no cuesta nada, es barato, sólo hace falta ser un indocumentado, un iletrado y un cantamañanas. Para hablar sentando cátedra hay que tener un buen dominio de los conceptos y de las ideas para no meter la pata y ponerse en evidencia delante de los ciudadanos que buscan en quién identificarse, en su búsqueda de un referente político e ideológico de izquierdas.
Los Okupas me caen gordos. Son unos parásitos. Si no fuera esto sería lo otro, nunca estarían satisfechos por mucho que se les diera. Si consiguieran derrocar este sistema, quedarían huérfanos de padre y madre a la vez y no tendrían de quién chupar. Su indolencia les haría perecer en dos días. Me repugna el tipo de vida que preconizan y lo engañoso de su discurso.
El sistema es perverso, injusto y generador de desigualdades, esto no lo han descubierto los agudos okupas, es más, les trae sin cuidado porque en el fondo y en la superficie, son insolidarios. Un gran segmento de población joven, tiene graves dificultades para acceder a una vivienda asequible de acuerdo con sus ingresos. Esto no importa lo más mínimo a los okupas, este no es un problema que les ataña lo más mínimo, aunque demagógicamente se sirvan de ello para dar sostén a su discurso.
La gente joven trabajadora, formada, con contratos precarios, con alguna que otra inquietud, que maldice al sistema y a los políticos por su poca o escasa diligencia en intentar poner medios y hacer políticas solventen el acuciante problema de la vivienda, debería ser la que dentro del orden democrático se organizara para plantear muy en serio estos problemas a la clase política, que demasiado está tardando en desarrollar políticas que conduzcan a la solución del problema de la vivienda.
Los okupas salen a la calle, se manifiestan, algunos con bata de cola y peineta, no importa. Que cada uno se vista como quiera pero si te saltas las reglas no te quejes si recibes un coscorrón y mucho menos si le rompes la nariz a un Mosso d´esquadra. Los pobres okupas han puesto el grito en el cielo por un objeto de defensa personal que han utilizado los antidisturbios, este objeto se denomina kubotán y consiste en un tipo de punzón romo que debidamente apretado contra una masa muscular produce un dolor considerable. Este objeto forma parte del material antidisturbios de que dispone nuestra policía. No quiero imaginar los policías intentando disolver una manifestación ilegal lanzando peladillas y con una sonrisa en los labios a la vez que dieran amables consejos a los okupas rompenarices.
Esta gente no es de mi agrado. No voy a poner paños calientes ni a intentar contemporizar como hacen muchos progres que ven en el antisistemismo algo que les hace recordar su juventud o no se que.
Una conocida candidata a la alcaldía del Ayuntamiento de Barcelona en su momento ya hizo gala de ser una antisistema. Así les va a ellos y a sus compañeros de viaje.
Declararse antisistema no cuesta nada, es barato, sólo hace falta ser un indocumentado, un iletrado y un cantamañanas. Para hablar sentando cátedra hay que tener un buen dominio de los conceptos y de las ideas para no meter la pata y ponerse en evidencia delante de los ciudadanos que buscan en quién identificarse, en su búsqueda de un referente político e ideológico de izquierdas.
Los Okupas me caen gordos. Son unos parásitos. Si no fuera esto sería lo otro, nunca estarían satisfechos por mucho que se les diera. Si consiguieran derrocar este sistema, quedarían huérfanos de padre y madre a la vez y no tendrían de quién chupar. Su indolencia les haría perecer en dos días. Me repugna el tipo de vida que preconizan y lo engañoso de su discurso.
El sistema es perverso, injusto y generador de desigualdades, esto no lo han descubierto los agudos okupas, es más, les trae sin cuidado porque en el fondo y en la superficie, son insolidarios. Un gran segmento de población joven, tiene graves dificultades para acceder a una vivienda asequible de acuerdo con sus ingresos. Esto no importa lo más mínimo a los okupas, este no es un problema que les ataña lo más mínimo, aunque demagógicamente se sirvan de ello para dar sostén a su discurso.
La gente joven trabajadora, formada, con contratos precarios, con alguna que otra inquietud, que maldice al sistema y a los políticos por su poca o escasa diligencia en intentar poner medios y hacer políticas solventen el acuciante problema de la vivienda, debería ser la que dentro del orden democrático se organizara para plantear muy en serio estos problemas a la clase política, que demasiado está tardando en desarrollar políticas que conduzcan a la solución del problema de la vivienda.
Los okupas salen a la calle, se manifiestan, algunos con bata de cola y peineta, no importa. Que cada uno se vista como quiera pero si te saltas las reglas no te quejes si recibes un coscorrón y mucho menos si le rompes la nariz a un Mosso d´esquadra. Los pobres okupas han puesto el grito en el cielo por un objeto de defensa personal que han utilizado los antidisturbios, este objeto se denomina kubotán y consiste en un tipo de punzón romo que debidamente apretado contra una masa muscular produce un dolor considerable. Este objeto forma parte del material antidisturbios de que dispone nuestra policía. No quiero imaginar los policías intentando disolver una manifestación ilegal lanzando peladillas y con una sonrisa en los labios a la vez que dieran amables consejos a los okupas rompenarices.
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