jueves, 31 de mayo de 2007

ELECCIONES


Las elecciones del pasado domingo han dejado un sabor agridulce a todos los partidos que a ellas concurrían. Como siempre, todos han ganado e intentan minimizar las pérdidas y descalabros que han padecido.
En estas elecciones se ha experimentado una fuerte abstención que sin duda ha perjudicado a las izquierdas.
El fenómeno abstencionista está tomando cuerpo y forma de forma cada vez más tangible y tiene su origen en el propio sistema político nacido de la transición. Es cierto que muchos ciudadanos no acuden a votar por irresponsabilidad, menospreciando el valor intrínsecamente democrático del sufragio.
El llamado cansancio de la sociedad está motivado por la dinámica establecida por los partidos que están cada vez más alejados de los ciudadanos y sólo buscan la presencia y participación del cuerpo social cuando hay elecciones. Participar únicamente cada cuatro años es participar muy poco. La maquinaria partidista viene más o menos a decir al votante:”ven, vótame, pon buena cara y no me pidas cuentas de lo que he hecho”.
Los partidos tendrán que dejar de ser esas máquinas burocratizadas que sólo quieren ocupar las instituciones. Si bien es cierto que para cambiar las cosas hay que estar en las instituciones y establecer mayorías en base conseguir realizar cambios, generar complicidades en amplios sectores sociales que converjan con los partidos para ensanchar su base con aportaciones surgidas directamente de ese tejido social que la mayoría de las veces únicamente puede ser un mero espectador de la política por la escasa permeabilidad que esta tiene al influjo de los movimientos sociales y a las capas medias de la sociedad.

En Catalunya la abstención ha sido más o menos la misma en todas partes. Habrá que analizar muy en serio la irrupción de nuevas formaciones como la CUP que ha restado votos a ERC principalmente, no menos preocupante es la irrupción de la xenófoba Plataforma per Catalunya en varias ciudades catalanas. La Plataforma surge en Vic por la masiva llegada de marroquíes que no se ha detenido dando lugar a la creación de una sociedad paralela que funciona con sus propios códigos, originando graves problemas de integración e inseguridad en muchas ocasiones y un choque cultural difícil de metabolizar por aquella sociedad.
La forma de abordar el fenómeno de la inmigración o sencillamente no abordarlo, puede llevar a que desde fuera de la política algunos articulen y ofrezcan las soluciones que no se elaboran desde la política como en el caso de la comarca de Osona.

Esta ha sido una campaña rara, atípica; pues daba la impresión de que se estaba tocando fondo en el modo conocido hasta ahora de hacer campaña política. Por el contrario ha quedado bien patente que el programa electoral era algo secundario y que el PP ha marcado la agenda –por lo menos fuera de Catalunya- al machacar hasta lo indecible con el tema de Navarra, el terrorismo y el discurso habitual de Rajoy y sus secuaces. De Aznar no quiero no hablar.
El PSOE ha recibido un palo importante en Madrid con el visto bueno de la FSM que anda a la greña desde los tiempos de la República. Un candidato al que ha boicoteado el propio partido no puede ganar ni unas elecciones a presidente de escalera, esto lo sabía Zapatero y su cohorte y decidieron seguir adelante con su apuesta.
Los resultados en Catalunya se han cobrado su primera víctima. Todo parece indicar que el pacto de gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona corre peligro: ERC ha manifestado el deseo de quedarse el la oposición. Esta afirmación puede parecer una estrategia negociadora para mejorar su peso en el futuro gobierno. A pesar de todo, no sería raro que en ERC estuvieran cansados de que el trabajo de sus concejales lo capitalizara el alcalde del PSC.
ERC seguramente se ha instalado en la equidistancia que tanto le gusta para marear la perdiz y al resto de los mortales.


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