lunes, 4 de junio de 2007

UN POCO MÁS DE MIERDA


Paciente en diálisis pendiente de un transplante de hígado y riñón



Una vez más tenemos que indignarnos ante un hecho de lo más abyecto, frívolo y repugnante llevado a cabo por la productora holandesa Endemol.
Esta empresa de producción de programas televisivos pensados para la gran audiencia, esta vez se ha coronado, ha dado una vuelta más de tuerca para exprimir el morbo e intentar sorprender a la audiencia, que por otra parte de tan alienada es incapaz de decir basta y dar la espalda a este tipo de negocios que especulan y se enriquecen con la desgracia ajena o explotando el filón de algún tema candente en la sociedad.
Uno de estos temas que suelen ser un filón para estos guionistas es la enfermedad y en este caso una enfermedad crónica que limita la autonomía de quién la padece y desde luego su calidad de vida: Los enfermos renales que dependen de la hemodiálisis mientras no llega un riñón procedente de una donación anónima y altruista que se les pueda transplantar.
Detrás de cada donación hay un drama humano. Las donaciones de órganos proceden de personas en muerte cerebral y sus familiares en este doloroso trance son capaces de anteponer la solidaridad a su inmenso dolor.
En muchas ocasiones las donaciones de órganos son múltiples: córneas, pulmones, hígado, páncreas, riñones y corazón.
Los transplantes junto a los avances en drogas antirrechazo, son uno de los avances más importantes de la medicina moderna que día a día incorpora nuevas técnicas y terapias para hacer más eficaces los transplantes.

Endemol con su programa han querido escenificar algo monstruoso. En pocas palabras: un posible donante que va a morir, debe decidir a cuál de las tres personas que tiene enfrente le dará un riñón. Debe decidir a quién le da la vida y a quién se la niega. Esto no merece más comentarios.
Al final todo es una gran mentira. El conductor del programa dice que todo es un montaje para mover las conciencias de los espectadores para que tomen conciencia de la necesidad real de donaciones de órganos. Holanda es un país con poca población y con una tasa de donaciones bajísima con respecto a otros países y el problema se hace acuciante.
Parece ser que después de finalizar el programa se produjo un alubión de llamadas de espectadores interesándose por el problema y manifestando su voluntad de hacerse donantes si se dan las condiciones para ello.

Así no se hacen las cosas. Para concienciar a la población sobre la necesidad de las donaciones de órganos no se necesita un programa de televisión de estas características, para ello existen otras campañas que deben desarrollar las autoridades sanitarias y además por las vías parlamentarias se pueden llevar a cabo reformas legislativas conducentes a hacer más fácil la obtención de órganos.
Los holandeses que tienen bonitos tulipanes, buenos quesos y una aceptable cerveza, deberían tomar buena nota de la reforma que desarrolló el Parlamento español sobre ese tema. Tal reforma consiguió una ley sobre transplantes de las más avanzadas del mundo. Debemos sentirnos orgullosos, sin falsas modestias por partida doble, en primer lugar por la calidad de la ley y en segundo lugar por ser el país del mundo más generoso y menos reticente a la hora de donar órganos, amén de la calidad y buen resultado de los transplantes por la capacidad y alto nivel de los profesionales y sus equipos.

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