miércoles, 11 de abril de 2007

PINOCHO



Un amigo expresando su ponderada opinión sobre Díaz de Mera



Agustín Díaz de Mera tiene un serio problema consigo mismo y su entorno más inmediato y probablemente, tendrá de confesarse ante algún cura amigo del PP si quiere que el altísimo de perdone sus pecados. Digo pecados parque supongo yo que la mentira y el falso testimonio sigue siendo un pecado de los gordos.
Este eurodiputado tiene una nariz grande y le va a crecer más todavía. El crecimiento del apéndice nasal, es directamente proporcional a la gordura de la trola o mentira que sale por la boca de uno. Un eurodiputado debería saber estas cosas y si las sabe, peor aún porque esto significa que actúa de mala fe.

Agustín Díaz de Mera es un eurodiputado del PP poco digno del cargo representativo que desempeña, un señor que dice mentiras tan gordas, no debería poder ocupar un cargo tan importante. Si a uno se le pilla en falta debe reconocer lo que ha hecho y pedir perdón a los agraviados.
Me temo que Don Agustín no hará tal cosa, porque tanto él como sus correligionarios del PP, creen que obran justamente y con rectitud: para descabalgar a los socialistas todo vale y el Señor en estos casos perdona los pecados que se puedan cometer en el ejercicio de esta cruzada contra los que ocupan el poder y no deberían ocuparlo. Dios y ellos saben que eso de la voluntad popular son pamplinas y que al pueblo hay que darle pan y circo para que esté entretenido.

Es muy serio lo que está sucediendo y cada día, vemos que la escalada de mentiras adquiere magnitudes gigantescas y cualitativamente más dañinas.
Ayer podía ser un documental de Tele Madrid sobre la segregación de castellano parlantes en Cataluña, hace unos días la declaración en el juicio del 11-M de Díaz de Mera (jefe de la policía de Acebes) suma y sigue……

Desde que la Transición dio sus primeros pasos, la derecha no había perdido unas elecciones en España y más teniendo en cuenta la forma en que se dio el vuelco electoral: la gran mentira del 11-M; aunque posiblemente aquellas elecciones el PP ya las tenia perdidas por muchas causas. Hay que recordar que las movilizaciones gigantescas del no a la guerra, habían puesto en pié a muchos sectores sociales profundamente contrarios al apoya de España a aquella aventura imperial de José Mª Aznar. El 11-M, no hizo más que aumentar el índice de participación que hizo más grande la derrota del PP.
Esta derecha tiene mal perder y lo demuestra a la primera de cambio. Cuando los resultados le son adversos, agita la bandera de la confrontación y del odio, el resurgir de las dos Españas que tan bien describió Don Antonio Machado.

Las gentes sensatas del PP, han comenzado a expresar aunque de forma tímida su disconformidad con la línea que está siguiendo la dirección de su partido. La orden de biocoterar los medios de comunicación del grupo Prisa ha hecho reaccionar a unos cuantos miembros del PP. El diputado Joaquín Calomarde ha desafiado a la dirección de su partido de forma serena pero contundente.

Mucho me temo que la línea dura del PP que detenta la dirección del partido, intentará asfixiar cualquier atisbo de contestación a su política de bronca confrontación, pero el primer paso ya se ha dado y no se puede tener amordazada la opinión por tiempo indefinido, máxime si los resultados de las próximas elecciones municipales y autonómicas dan mal resultado.
No cabe duda de que unos resultados adversos harían aumentar el malestar existente y pondría en cuestión a la actual dirección y su línea de actuación.

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