domingo, 8 de abril de 2007

ROUCO VARELA


A Rouco le ha salido un grano.

Rouco Varela fiel a si mismo y al dictado de Roma, ha tomado la decisión de cerrar la Parroquia de San Carlos Borromeo de la barriada de Entrevías. Que duda cabe de que los curas de aquella parroquia son un mal ejemplo para los feligreses. La broma ha durado demasiado. Veintisiete años son muchos años y la paciencia tiene un límite.
Estar del lado de los desgraciados, los drogadictos, inmigrantes y marginados en general, es mucho más de lo que puede aguantar un personaje como Rouco.
La labor desempeñada desde esta parroquia pone en evidencia a demasiada gente y hace crujir los cimientos de la acomodada casta eclesiástica que ve cogida del brazo de los más rancio y casposo de la derecha española.
Para comulgar, hay que repartir hostias como toda la vida. ¡Abrase visto! Madalenas, bizcochitos, rosquillas consagradas y…. ya me gustaría saber con que vino consagran esos desarrapados que ni se visten como Dios manda para celebrar la Santa Misa. Para mí que estas misas no valen a los ojos de Dios (en el que yo no creo), vaya estoy más que seguro.

La Iglesia se está quedando vacía, cada vez son más los creyentes que se alejan del dictado de la Iglesia oficial y eligen su propio camino volcándose en obras solidarias de distinto signo en las que se puedan sentir más cómodos.
El ejemplo de la parroquia de Entrevías donde no hay boato ni pamplinas y que conecta con la desgarradora realidad social del entorno, levanta no pocas envidias en las altas jerarquías y para estos últimos, cualquier cosa que huela a teología de la liberación debe ser cortado de raíz. En este caso va ha ser difícil combatir el ejemplo que durante tantos años han venido dando a la sociedad, pues estos curas, cuentan con una sólida base social que se identifica con su forma de entender la fe y de practicarla.

Hoy Domingo de Resurrección, se han acercado a la parroquia gentes de todos los pelajes y credos para mostrar su apoyo y solidaridad a los vecinos comprometidos con su parroquia y con sus curas.

Me temo que esta no es la única parroquia incómoda para la Iglesia oficial y que se intentará por todos los medios que su ejemplo no cunda. Todo lo que está sucediendo con esta minúscula parroquia de barrio, forma parte del clima social y político que estamos viviendo. ¿Por qué interviene ahora el Arzobispo y no hace cinco años? Lo de la misa en vaqueros no es nuevo lo de las madalenas y las rosquillas tampoco. El rechazo la desconfianza y la pérdida de credibilidad de la Iglesia, es fruto de su insensibilidad del mantenella y no enmendalla, de su toma de posición en temas políticos tanto en declaraciones públicas como desde las ondas de la cadena COPE, propiedad de la Iglesia, desde dónde se alienta y promueve el enfrentamiento civil.

Desde tiempos bastante lejanos, me refiero al periodo republicano, la iglesia no había tenido un posicionamiento tan claro con respecto a la política ni su ansia por influir en las decisiones que afectan a todos, creyentes y no creyentes.
No quieren renunciar de ninguna manera al predominio espiritual de la sociedad y la laicidad es para ellos un anatema a combatir. Prueba de ello es la dura pugna establecida con el Gobierno por las clases de religión y los matrimonios entre personas del mismo sexo.
No lo tienen tan fácil, la sociedad actual con todos sus graves defectos que sin duda tiene, es muy distinta de cómo ellos la desean y hace oídos sordos a estos cantos de sirena.

No hay comentarios: